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Jerez

La Victoria preludia el inicio de la Pasión

La Hermandad de Bondad y Misericordia abrie el ciclo de vísperas

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La Hermandad de Bondad y Misericordia preludió este jueves el inicio de la Semana Santa desde su exilio forzoso de la iglesia de la Victoria, en cuyos alrededores volvieron a concentrarse cientos de jerezanos para estrenar la presencia de los primeros nazarenos en la calle. El cortejo de esta cofradía -integrado por unos 90 nazarenos y 45 monaguillos- empezó a pisar la calle Ponce al filo de las cinco y media de la tarde, continuando por Ancha para buscar Santiago y Taxdirt y, de este modo, buscar el encuentro con la barriada de Juan XXIII, que es su lugar de origen.

El único paso de esta hermandad representa el pasaje evangélico del lavatorio de pies de Jesús a sus apóstoles, enmarcado en la última cena. La precariedad económica de la cofradía provoca que las imágenes vayan saliendo a cuentagotas del taller de los escultores Ana Rey y Ángel Pantoja. En esta ocasión, el conjunto incorporó a Judas Iscariote. Aún restan ocho apóstoles para completar una escena que no suele prodigarse en la Semana Santa andaluza. Además, la hermandad sumó a su cortejo un libro de reglas y un juego de ciriales.

La jerezana Agrupación Musical San Juan fue la encargada de ofrecer sus sones a esta joven cofradía, cuya cuadrilla de costaleros sigue siendo mandada por Jesús Sánchez Lineros.


La salida constituyó uno de los momentos más emotivos de la jornada por cuanto supone el inicio de unas vísperas que tendrán continuidad mañana, Sábado de Pasión. Pero donde de verdad la hermandad se encontró a sí misma fue en su barrio, que en las vísperas fue acicalado por los propios vecinos para recibir al Señor de Bondad y Misericordia, que de momento sigue teniendo cerradas a cal y canto las puertas de la parroquia de Juan XXIII.

Ya en la anochecida, la hermandad se haría presente en el centro de la ciudad, haciendo estación de penitencia en la capilla de San Juan de Letrán.

El único inconveniente de la jornada fue el viento, que en algunos momentos deslució el transcurrir de la cofradía, lo que no fue obstáculo para que fuera acompañada por cientos de jerezanos a lo largo de todo el recorrido.

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