Tras la consecución de la Autorización Ambiental Integrada (AAI) a finales de 2007, la refinería ha continuado su ritmo inversor y ha implantado las medidas y requerimientos recogidos en la AAI. Por ello, desde la compañía petroquímica se considera “fundamental” el poder “mantener el equilibrio entre las necesidades energéticas y el compromiso de no perturbar al medio”.
Esta concienciación ha tenido su traslado efectivo al campo de los hechos al lograrse que no se produjera “ni un solo incumplimiento por superación de los valores límite de emisión de dióxido de azufre (SO2)” durante 2008. Es más, en los últimos diez años, el conjunto de emisiones de SO2 a la atmósfera se ha reducido en un 80%.
En esta línea, resalta también que la rebaja de las emisiones de dióxido de azufre en toneladas (emisiones másicas) ha registrado un progresivo descenso, experimentado en esta última década al pasarse de 29.985 toneladas métricas en 1998 a 6.278 en 2008. De hecho, tan sólo en el último ejercicio la reducción fue del 42,9%, al rebajarse de 10.995 en 2007 a las mencionadas 6.278 toneladas métricas de SO2 el pasado año.
Entre las causas de estas reducciones paulatinas en las emisiones de SO2 se encuentra “una mejora en la calidad de los combustibles”, conseguida gracias a la fabricación de fuelóleos con unas especificaciones más restrictivas en cuanto a contenido en azufre. Desde el 1 de enero de 2009 la UE impone que cualquier gasolina que se venda en territorio comunitario contenga menos de 10 partes por millón de azufre.
Otra de las razones que están detrás de los descensos de emisiones de SO2 son las mejoras implantadas en las unidades de Azufre y Aminas, “que hacen que el fuel gas de consumo esté prácticamente exento de sulfhídrico”.
Otros niveles
Las instalaciones de Cepsa han logrado unos resultados satisfactorios en otros niveles de emisiones a la atmósfera. Así, los valores burbuja (concepto que representa una hipotética emisión de todos los humos de la refinería por una única chimenea) acreditan esta valoración. De esta forma, los valores burbuja anuales de óxidos de nitrógeno (NOx) se han mantenido en 341 mg/Nm3, bastante lejos del límite fijado por la AAI para este parámetro en 450 mg/Nm3. Por su parte, los valores burbuja anuales de partículas de todo el complejo se situaron en 29 mg/Nm3, casi la mitad de lo establecido en el límite legal en 50 mg/Nm3.
Asimismo, de cara a disminuir las emisiones de Compuestos Orgánicos Volátiles (COV), la refinería Gibraltar-San Roque ha implantado un programa de “detección y reparación de fugas en las plantas de Aromáticos, Guadarranque, FCC-Crudo 3 y Combustibles”.
Por otro lado, la refinería segrega, en función de su origen y sus propiedades físico-químicas, las aguas residuales generadas por la propia actividad de las instalaciones. En concreto existen tres sistemas de recogida independientes correspondientes a los tres tipos de aguas segregadas: aguas de procesos, aguas de deslastre y aguas de lluvia contaminadas. El tratamiento de estas aguas se lleva a cabo en dos fases: en la primera se separan los hidrocarburos presentes mientras que en la segunda etapa el agua efluente se trata biológicamente con concentraciones de microorganismos, nutrientes y oxígeno.
Sistema de gestión integral
Todos estos aspectos de control están recogidos en el sistema de gestión integral, cuyo principal objetivo es “garantizar el cumplimiento continuo de todas las disposiciones legales y requisitos reglamentarios”. Este sistema está auditado por Aenor, quien certifica que satisface los requerimientos de la norma ISO 14001:2004.
La norma ISO 14001:2004 establece, entre otros aspectos recogidos, que “los procedimientos de fabricación se controlen con la más moderna tecnología disponible” así como que “todas las actividades que afecten al medio ambiente se realicen de acuerdo con los procedimientos escritos. Además, la normativa contempla que “se lleven a cabo actividades formativas en materia ambiental para el personal” o que “se realicen auditorías internas programadas que garanticen que todos los elementos del sistema de gestión integral sean auditados en un periodo no superior a tres años”.
Por último, entre los objetivos y metas fijadas para 2009 por el Grupo Cepsa para su refinería comarcal se encuentran “mantener una actitud proactiva en la búsqueda de entendimiento con las administraciones competentes y el entorno”; “implantar las medidas acordadas en la Autorización Ambiental Integrada”; “renovar las certificaciones ambientales” o la “disminución del impacto ambiental”.