Con motivo del Día Internacional de la Violencia Contra las Mujeres que se celebra cada 25 de noviembre, la autora sevillana Teresa Lafita expondrá una serie de collages sobre papel bajo el título de “¡¡¡Cállate!!!” en la Librería La Caótica. Con ellos quiere insistir en esta lamentable lacra de nuestra sociedad (también de otras) incluyendo además de cualquier tipo de discriminación o violencia física, aquella que es invisible y que supone el ninguneo, el insulto, la descalificación, la rumorología, etc.
Para ello, recurre a todo tipo de imágenes de fuerte impacto visual utilizando labios pintados como icono donde aplicar los diferentes símbolos visuales. Objetos todos ellos que patentizan este drama que lamentablemente y no por conocido, es cotidiano. Las bocas que tanto contribuyen a la expresión del amor, se convierten de ese modo en denuncia explícita, una especie de “martirologio” basado en el instrumental “habitual” que se utiliza en los malos tratos, algunos de los cuales además de las manos de quien ejerce la violencia, podrían reducirse a un muestrario de ferretería, pero dadas las circunstancias, se convierten en el ajuar macabro de un monstruo.
Si no fuera porque el asunto que trata es de gravísima importancia, se diría que se ha servido de una estética sutil que fuera de este contexto, pudiera tener una lectura “fácil” para psicoanalistas aficionados, cuestión esta que para nada comparte la autora.
Siendo consciente que esta situación afecta a hombres, niños, adolescentes, heteros y toda clase de opciones sexuales, y que la violencia se da en numerosos aspectos de la vida, lo que intenta proponernos Teresa Lafita, es una reflexión que vaya más allá de la simple queja individual para ser universal ya que en cierta medida casi todos hemos vivido algún tipo de violencia (bulling, la que está derivada del egoísmo y de la desigualdad, o cualquier otro abuso en los ámbitos públicos o privados).
La muestra consta de obras que siguen una de las líneas afín a la temática conceptual de la artista, si bien esta vez captada desde una línea crítica donde se acerca a los asuntos que considera mal llamados “de género”, porque lo que cree es en la persona más allá de etiquetas y como ella dice: no es que no existan abusos masculinos y también silentes, lo que pasa es que cuantitativamente parece que son mayores y con desenlaces más trágicos para las mujeres y en la mayoría de los casos, también para los hijos.
Por último y para poner en alza la belleza, la alegría de compartir la vida en cualquier orden de relación humana y para que sirva en este caso de ejemplo y no de aviso -entendido este en el sentido ético y de denuncia- la autora Teresa Lafita nos deja otras obras que intentan expresar la alegría de vivir, la esperanza en que exista un día en que no haya que recordar ninguna violencia, en este caso, la que se ejerce sobre las mujeres. En otros, la que es subliminal y cotidiana, etc.