El secretario general de la asociación, Francisco Casas, señaló a la agencia de noticias Efe que desde hace tiempo demandan una ampliación de la ley y que, además, se aplique, para lo que considera fundamental que, junto a las demandas de las sociedades científicas, también se impliquen sindicatos de trabajadores, comités de empresas y asociaciones de pacientes, entre otros agentes sociales.
El colectivo confía en que se apruebe la ampliación de la ley y que “se arbitren todas las medidas reguladoras de la misma necesarias para su cumplimiento efectivo”.
El pasado día 18 del mes de junio del presente año 2009, el Congreso instó al Gobierno a elaborar un informe de evaluación del cumplimiento e impacto de la Ley de Prevención de Tabaquismo, que tendría que presentarse en la Comisión de Sanidad a finales de año, para que el Ministerio pueda ampliar la ley para prohibir fumar en todos los lugares públicos, incluidos bares y establecimientos de ocio.
En Andalucía y Extremadura, al igual que en el resto de regiones españolas, el tabaquismo es “uno de los principales problemas de salud pública”, con una prevalencia en la población del 28,5 y 25%, respectivamente, de personas que fuman a diario.
En el caso de la comunidad andaluza, el porcentaje de fumadores habituales supera ligeramente el promedio de España (26,4%).
El secretario de Neumosur ha comentado que, según un reciente informe emitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prohibición total del consumo de tabaco en cualquier espacio público cerrado hace que disminuya un 16% su consumo.
Por ello, opina que el endurecimiento de la actual ley favorecería una reducción a medio plazo de la prevalencia de tabaquismo en la población general.
La Ley “nació para fracasar”, pues “se quedó corta en su contenido y lo más fácil habría sido imitar a países de nuestro entorno como Irlanda o Italia”, indicó el doctor Casas, quien agregó que su aplicación “deja mucho que desear”.
El “punto más débil” de la ley es, a juicio de esta sociedad, la hostelería, ya que sólo se regulan los locales de cien metros cuadrados o más, que representan un 20% del total, y “son muy pocos” los de menor superficie en los que se prohíbe fumar con iniciativas “personales”, ya que “la ley no les obliga a ello”.
“Si la contaminación ambiental por humo del tabaco es perjudicial para la salud de cualquier cliente, mucho más aún lo será para los trabajadores de este sector”, en los que la aparición de una neoplasia pulmonar en alguien que nunca ha fumado debería considerarse una enfermedad profesional, manifestó.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja reducir a menos del 20% el número de fumadores de cada país.