El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró hoy la llegada al Tribunal Supremo del candidato al que había nominado para el puesto, Brett Kavanaugh, y declaró, sin aportar pruebas, que se ha "demostrado" que ese juez es "inocente" de los abusos sexuales de los que le acusaron al menos tres mujeres.
Trump quiso cerrar con buen sabor de boca la saga política que tuvo en vilo a Washington durante el último mes, al organizar una ceremonia vespertina en la Casa Blanca en honor a Kavanaugh, que este sábado juró su cargo como juez vitalicio del Supremo después de ser confirmado por un estrecho margen en el Senado.
"En nombre de todo el país, quiero disculparme con Brett y con toda la familia Kavanaugh por el dolor y sufrimiento que han tenido que pasar", afirmó Trump al comenzar la ceremonia, flanqueado por Kavanaugh, su esposa y sus dos hijas.
"Lo que le ocurrió a la familia Kavanaugh viola cualquier noción de justicia, decencia y debido proceso", agregó Trump, quien describió lo sucedido como una campaña "de destrucción personal y política basada en mentiras".
El mandatario no mencionó directamente las acusaciones de abuso sexual ni citó a Christine Blasey Ford, la mujer que denunció ante el Senado que Kavanaugh se propasó con ella cuando ambos estaban en el instituto, pero sí emitió su propio veredicto sobre el caso.
"Se ha demostrado que usted, señor, es inocente", sentenció.
Trump se pronunció así a pesar de que ni el Senado ni el FBI, que entrevistó a un número limitado de testigos durante cinco días de la semana pasada, han llegado a ninguna conclusión pública sobre la culpabilidad o inocencia del juez en lo relativo a las denuncias de abuso sexual.
El presidente pareció interpretar el triunfo de Kavanaugh en el Senado, que le confirmó este sábado por 50 votos a favor y 48 en contra, como una validación de su inocencia, para dar carpetazo a un intenso proceso que ha polarizado al país.
"(Kavanaugh) es una persona justa, no está sesgado y es imparcial. Él entiende que la justicia debe estar divorciada de las pasiones del momento", defendió Trump.
A finales de septiembre, Trump no descartó que pudiera cambiar de opinión sobre Kavanaugh al escuchar el testimonio de Ford, pero luego dejó claro que no creía a la presunta víctima y llegó incluso a ridiculizarla durante un mitin la semana pasada.
En declaraciones a periodistas desde la Casa Blanca horas antes de la ceremonia formal, Trump opinó que las acusaciones contra Kavanaugh "fueron todas inventadas", y calificó el proceso de "vergonzoso".
El mandatario consideró "un insulto al pueblo estadounidense" que algunos activistas hayan planteado la posibilidad de que se inicie un proceso de destitución contra Kavanaugh, un trámite muy difícil de sacar adelante.
También pronosticó que la supuesta "farsa" contra el juez les pasará factura a los demócratas en las elecciones legislativas del 6 de noviembre.
Durante la ceremonia en la Casa Blanca, Kavanaugh dio un discurso calmado y optimista que contrastó con su vehemente testimonio ante el Senado el pasado 27 de septiembre.
"El proceso de confirmación en el Senado fue contencioso y emocional. Ese proceso ha terminado. Mi objetivo ahora es ser el mejor juez que pueda ser. Asumo esta oficina con gratitud y sin ninguna amargura", aseguró.
El nuevo juez del Supremo trató de distanciarse de la imagen partidista que dio en su testimonio ante el Senado, en el que llegó a atribuir las acusaciones a una campaña política para obtener "venganza en nombre de los Clinton" por la derrota electoral en 2016 de la candidata demócrata, Hillary Clinton.
"No me nombraron para servir a un partido o interés, sino a una nación. Todos los estadounidenses pueden estar seguros de que seré un juez independiente e imparcial", prometió Kavanaugh, y garantizó que el largo proceso de confirmación le "puso a prueba", pero no le "cambió".
A la ceremonia asistieron los ocho jueces que componen ahora junto a Kavanaugh el Supremo, y de los que cinco -incluido el nuevo miembro de la corte- tienen tendencia conservadora, mientras que cuatro son de orientación progresista.