La mujer acusada de arrojar 268 cartas a dos contenedores de basura de Écija (Sevilla) mientras trabajaba como empleada eventual de la sociedad estatal Correos y Telégrafos ha aceptado finalmente un año de cárcel, una multa de 840 euros y tres años de inhabilitación para trabajar en Correos por un delito de infidelidad en la custodia de documentos, toda vez que al haber sido alcanzado un acuerdo de conformidad entre esta persona y la Fiscalía, no ha sido necesario celebrar el juicio con jurado popular previsto en su contra.
El inicio de dicho juicio con jurado popular estaba fijado para este lunes en la Audiencia de Sevilla, pero según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), la vista oral no ha llegado a ser celebrada, al alcanzar un acuerdo de conformidad la defensa de esta mujer y la Fiscalía, por el que la encausada acepta un año de prisión, el pago de una multa de 840 euros y tres años de inhabilitación para trabajar en Correos, así como el pago de las costas, como responsable de un delito de infidelidad en la custodia de documentos.
Asimismo, se ha acordado la suspensión de la ejecución de la pena de cárcel aceptada por la acusada, para quien la Fiscalía, en su escrito de conclusiones provisionales, pedía 21 meses de cárcel, el pago de una multa de 2.400 euros y la inhabilitación especial para empleo o cargo público durante cuatro años.
En su escrito de conclusiones provisionales, recogido por Europa Press, el Ministerio Público relataba que la encausada, cuya identidad responde a las iniciales de M.V.R., fue contratada temporalmente por Correos y Telégrafos en el municipio de Écija, en sustitución de un empleado titular de ese puesto que estaba de vacaciones. Así, formalizó un contrato laboral eventual desde el 1 hasta el 17 de agosto de 2016, siendo cesada el día 17 de ese mismo mes.
Según el relato de la Fiscalía, el 8 de agosto le fue encomendado el reparto de unos 700 envíos pero la mujer, "lejos de cumplir con su obligación de custodia y reparto y con incumplimiento de las obligaciones inherentes a su cargo, se apoderó de al menos 268 envíos de correo ordinario y los arrojó a dos contenedores de basura" de una calle y una plaza de Écija, "no correspondiente ésta última con su zona de reparto".
Según la Fiscalía, las cartas fueron encontradas ese mismo día por una compañera de trabajo que se encontraba de vacaciones y por un vecino del municipio, quienes las entregaron "de inmediato" a la Policía Nacional.
Según la Fiscalía, todas las cartas estaban cerradas, "a excepción de dos de ellas, con claros signos de haber sido violentadas, y otra perteneciente a un envío procedente de Italia".
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