“Los vecinos están alarmados y los empresarios de la zona igual”. Son manifestaciones de José Trujillo, coordinador de Ecologistas en Acción, que ha vuelto a alertar del peligroso foco contaminante y cancerígeno en el que se ha convertido lo que queda de la antigua ladrillera Tres Cerámicas. Situada en el polígono industrial de El Portal, se fue al traste por el declive inmobiliario y la crisis económica. Han sido empresarios a título particular los que han contactado con esta asociación para que vuelva a mover este caso. El problema es que la que fuera una de las fábricas de ladrillos más importante de la provincia se ha convertido en un vertedero repleto de restos de amianto -prohibido desde 2002 en España y cuya desaparición está estipulada para 2022- después de que los vándalos del ladrillo se hayan ido llevando estos años el hierro del antiguo techo (ya no queda nada del edificio).
Mientras tanto, los vecinos del entorno siempre están en alerta, pero especialmente cuando hace viento de levante o de poniente, pues esas partículas tóxicas de los trozos de uralita que hay en el terreno “vuelan hacia cualquier sitio” y se respiran en el ambiente. “Estamos hablando de gente que ha ido quitando chapas para llevarse el hierro del techo. Lo han hecho sin medios, con las manos, tirando las chapas al suelo, que al caer se rompen y se quedan trozos de uralita”, detalla Trujillo. Teniendo en cuenta que se trata de un material de construcción cuyas fibras son altamente cancerígenas y que este solar está completamente abandonado, la organización ecologista entiende la preocupación y más después de que estos últimos días se haya confirmado el primer caso de un trabajador del metro en Barcelona en activo enfermo por amianto. “Todo esto suena en el ambiente, se corre la voz y estamos hablando de un punto que empezó a servir de vertedero para dejar restos de neumáticos, residuos de obra...”. Lo peor de todo, según advierte, es que de nuevo el vandalismo hizo de las suyas y no fueron pocos los que acudieron a estos terrenos a quemar los neumáticos para hacerse con los entramados de hierro de los alambres, otro foco contra la salud pública.
Ha pasado mucho tiempo y lo único que han conseguido es que a raíz de una de las denuncias se colocaran unas columnas para impedir el paso de vehículos pesados. Los restos de uralita siguen ahí, a la intemperie, y en un terreno que sospechan que está embargado. Unas tareas costosas De igual manera, retirar esa uralita ni es tarea fácil ni la puede hacer cualquier persona pues, según la Ley de Residuos, se requiere de personal autorizado para quitar esas chapas de uralita y que lo haga con las debidas precauciones “y no a cuerpo gentil”, es decir, con la indumentaria apropiada de protección (mono, guante y mascarilla). A Trujillo le consta que esta labor, además de arduamente complicada, es costosa. ç “No tenemos claro la propiedad de los terrenos, pero si son municipales estando como está este Ayuntamiento, le va a costar trabajo y mucho dinero, y si son privados habría que requerir al propietario ”, advierte el coordinador de Ecologistas para referirse al coste tanto de las tarea de limpieza en sí como del transporte de todos los residuos, “que tampoco pueden tirarse en cualquier sitio”.
Hace varias semanas, Ecologistas alertó del expolio de Cartonajes Tempul y la presencia de amianto. Un caso del que informaron ampliamente en una carta dirigida a Alcaldía, desde donde les han asegurado que se ha dado instrucciones a técnicos para que hicieran un seguimiento y se trasladaran a la zona para “buscar una alternativa”. Ahora también moverán el caso de estos terrenos de El Portal. Pero, ¿qué pasa con el término municipal y el amianto?En su momento se denunció la existencia de amianto en los techos de los CEIP San Juan de Dios y Lomopardo, que ya ha sido retirado, pero a esta organización le consta que quedan instalaciones en el término municipal con restos de amianto. Así, ecologistas en Acción sabe del caso de una nave pequeña de difícil acceso cerca de una zona de viviendas, así como otras de la zona rural.