Alfredo tiene 87 años, y vive entre libros y versos con su hijo desempleado en el número 56 de la calle Hospital de Mujeres, aunque no por mucho más tiempo. Este miércoles estuvo a punto de ser desalojado tras agotar todas las acciones judiciales. Tres generaciones de los Gómez Cansado han pasado por esta vivienda. El padre de Alfredo, montañés, la alquiló en el año 1938 y desde entonces la familia ha residido en la misma casa hasta la actualidad. La madre murió el pasado 2013, a la edad de 103 años, y tras solicitar la subrogación del contrato de alquiler obtuvo la negativa por parte de los propietarios. Desde entonces ha estado recurriendo con todas las acciones posibles. Finalmente, la comitiva con la orden judicial acudía a la vivienda esta mañana para proceder al desahucio.
Pero más de sesenta personas se presentaron desde bien temprano a mostrarle su apoyo en Hospital de Mujeres. “No estás solo, Alfredo”, le decían. Representantes de colectivos como la Marea Pensionista o la Plataforma por una Vivienda Digna Cádiz contra los desahucios arroparon a Alfredo y a su hijo Daniel ante el recibimiento de la comitiva, que finalmente accedió a posponer el desalojo hasta el próximo día 19.
El alcalde de Cádiz, José María González, se puso en contacto con Alfredo esta misma mañana. “Me ha dado un ánimo extraordinario”, señalaba emocionado. Desde el Ayuntamiento se le ha conseguido, como solución de emergencia, una plaza en la residencia de mayores Matías Calvo, dependiente de la Diputación gaditana, y se está intentando encontrar un local donde Alfredo pueda guardar todas sus pertenencias.
Fuentes municipales han señalado a este medio que “es intolerable que un propietario con más de 15 viviendas en esta ciudad, desahucie a una persona de 87 años sin ofrecerle siquiera ninguna alternativa habitacional. Es intolerable que en este país y en este sistema se pueda hacer eso”. “En todo este tiempo —añadían— hemos acompañado y asesorado a Alfredo. Es duro tener que dejar el hogar y más a su edad, pero por suerte desde el Ayuntamiento hemos conseguido encontrarle una alternativa habitacional con la que, según hemos hablado, está conforme”. En cualquier caso, apuntan que tanto el alcalde como la concejala de Vivienda se encuentran en permanente contacto con él.
“Situaciones como estas nos reafirman en que la vivienda no puede ser un bien con el que especular, sino que debe tratarse como un derecho fundamental. Tenemos que seguir trabajando y avanzando. Al protocolo antidesahucios, a la construcción de viviendas para el alquiler social, a los bonos sociales del agua y la luz, pronto además se sumará la ordenanza para la regulación de los precios de los apartamentos turísticos”, concluían desde el equipo de gobierno.
Alfredo se ha mostrado emocionado, tanto por el respaldo de la gente que le ha acompañado como por las palabras del alcalde. Los asistentes han manifestado su disposición para ayudarle en lo que sea necesario, ofreciéndose para colaborar en el traslado de sus cosas. A sus 87 años, y con una pensión de poco más de 600 euros, no piensa rendirse. Actualmente está buscando un nuevo piso de alquiler donde poder vivir con su hijo, aunque reconoce haberse quedado sorprendido ante los precios del mercado inmobiliario. “Los alquileres en Cádiz son costosos, escasos y abusivos”, comenta. Ojalá consiga finalmente cuadrar los números de la misma forma que consigue hacerlo con la métrica y las rimas.