El Museo del Carnaval todavía no es una realidad, pero en la última sesión de preliminares la chirigota de Pepe Fierro logró hacerlo posible sobre las tablas del Gran Teatro Falla representando a sus vigilantes, que ya en la presentación tuvieron golpes que hicieron reír al público.
En el primer pasodoble, cantado desde el sentimiento, le profesaron a Cádiz el amor que sienten. En el segundo reclamaron un reconocimiento para Joaquín Quiñones.
Cuplés para los concursos de guantazos y para Manolo, que no hace nada. Gran pase de la chirigota.