Una vez controlada la pandemia del coronavirus, las autoridades sanitarias y políticas se afanan en convencer a los ciudadanos de que el virus no ha desaparecido. El objetivo es evitar los temidos rebrotes, no sólo para descartar medidas drásticas (confinamiento) que perjudiquen a la ya maltrecha economía, sino para esquivar presiones asistenciales en los centros de salud y en los hospitales, talón de aquiles en esta crisis sanitaria.
A veces me enfado cuando dicen que hemos tenido suerte. Nos hemos anticipado. Ha sido fundamentalEl director gerente del Virgen del Rocío, Manuel Molina, apunta una de las opciones que podría evitar “una alta frecuentación” en los servicios sanitarios. “No podemos bajar la guardia ni dejar que nos coincida con la sintomatología de la gripe, que empieza a finales de octubre, principios de noviembre, porque nos puede generar una saturación tanto en atención primaria como en los hospitales”, explicó ayer Molina en Acento Andaluz, programa presentado por Fernando Pérez Monguió en 7TV Andalucía.
“Tenemos que promover -continuó- una vacunación de la gripe que sea lo más amplia posible, no ya a partir de los 60 y 65 años. Yo bajaría a partir de los 50, porque lo que queremos es descartar al 80-85% de personas que no tengan proceso gripal. Una vacunación gripal masiva nos va a hacer descartar muchísimos síntomas, puesto que no vamos a tener tanta gripe como otros años”. No obstante, Molina aseguró que ante un posible rebrote “la preparación, la prevención y saber lo que tenemos que hacer nos va a permitir que los servicios den una respuesta a cualquier pico, que esperemos que no se produzca”.
Para el director gerente del Virgen del Rocío, la clave sigue estando en la precaución. Precaución que pidió especialmente a los más jóvenes, sobre todo cuando se trata de usar la mascarilla. “Los jóvenes no sufren esta enfermedad de manera severa, pero sí son transmisores”, apostilló.
Molina reconoció, de hecho, que “me costaba pensar que, en plena primavera, la gente estuviera confinada, pero se ha conseguido”. Las medidas de control que se han establecido, pues, son las adecuadas, según el director gerente del Virgen del Rocío: mascarillas, distancia y especial vigilancia de los síntomas para aislar posibles casos lo más rápidamente posible.
Medidas que junto con la “anticipación” fueron “fundamentales”. “A veces me enfado cuando dicen que hemos tenido suerte. Nos hemos anticipado. Ha sido fundamental”, afirmó, insistiendo en su crítica a los “mensajes contradictorios” que llevaban desde el Ministerio de Sanidad, “no de un día para otro, sino de una hora a la siguiente” y que -señaló- “nos dejaban a los gerentes con el culo al aire”.
En el caso de su hospital, en el momento de mayor tensión, a finales de marzo, había 27 pacientes en UCI y capacidad para más de 100; 25 hospitalizados y 200 camas disponibles y 164 pacientes en casa a los que se hacía seguimiento. “El acierto ha sido saber quién requería hospitalización y quién no”, apostilló Molina, que recordó que ya el 26 de febrero se contrataron 35 profesionales que se encargaban de separar los pacientes Covid de los no Covid.
En relación a los contagios, aclaró que en el Virgen del Rocío hay 8.500 trabajadores directos, de los cuales 126 se infectaron y, de estos, sólo 13 lo hicieron en el circuito Covid. “El porcentaje de contagios en los sanitarios del Virgen del Rocío ha sido mínimo”. Por último, y ante las voces que han lanzado mensajes contra la vacuna, Molina pidió “centrarse en la investigación que salva vidas” y calificó esas declaraciones de casos “aislados”.
Por último, hizo un llamamiento a que se acuda “sin miedo” a los centros sanitarios después de la caída de la afluencia en pleno pico de la pandemia. En China, el 40% de los contagios se produjeron en los centros sanitarios.