La Policía Nacional ha detenido a una joven acusada de haber fingido y denunciado dos episodios de abuso sexual mediante tocamientos y el robo violento de una importante cantidad de dinero, una mujer que presentó partes médicos pese a que todo era una treta para captar la atención de su pareja.
Según ha informado este cuerpo armado en un comunicado, la detenida es una mujer de 24 años sin antecedentes acusada de dos denuncias falsas por agresiones sexuales mediante tocamientos.
La investigación comenzó el pasado septiembre cuando la joven denunció haber sido víctima del ataque por la espalda de un hombre cuando ella corría por la zona del Serrallo, en Granada capital, un supuesto agresor que le pasó una cuerda por el cuello que mantuvo presionada durante minutos mientras la realizaba tocamientos antes de irse con su teléfono móvil.
Varias semanas después, mientras la Policía Nacional gestionaba esta investigación, la mujer se volvió a personar en comisaría para denunciar un nuevo ataque violento.
En esta ocasión relató que el mismo desconocido se le acercó por la espalda en el mismo barrio, la sujetó contra la pared y utilizó un destornillador para romperle varias prendas de ropa y producirle diversos arañazos en el cuerpo.
En esta denuncia añadía que el individuo le había realizado nuevamente tocamientos de carácter sexual y que le sustrajo su cartera con diversos efectos, otro teléfono móvil y los más de 13.000 euros que decía haber sacado de su entidad bancaria.
Aportó además el parte de lesiones que recibió del servicio de urgencias de un hospital al que acudió con heridas leves y un cuadro de ansiedad.
En este tiempo, el novio de la supuesta víctima formalizó también varias denuncias por mensajes a su teléfono móvil desde uno de los móviles robados a su pareja, amenazas a la vida de ambos.
Los agentes han descubierto que la mujer había mentido en todas sus denuncias, ya que el primer móvil lo perdió, aunque denunció ser víctima de una agresión sexual, y la segunda la inventó al no poder darle a su pareja el dinero que le debía.
También fue ella la encargada de mandar los mensajes amenazantes para dar credibilidad a la historia y conseguir la atención de su pareja.
La chica confesó que había simulado ser víctima de las dos agresiones y el robo, delitos por los que ha pasado a disposición judicial.
