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Málaga

La ardilla que quiso emular a Sean Connery

Tres ardillas han bajado a la ciudad de Málaga para intentar dejar su huella en los toneles de El Pimpi

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  • Una ardilla corre por medio de la calle Alcazabilla, en Málaga. -
  • Son juguetonas, atrevidas y descaradas, ha asegurado a Efe el gerente de la Bodega El Pimpi, Pablo González
  • Suben y bajan de los árboles, se meten entre las mesas y sillas para husmear que hay en la terraza del establecimiento, y beben de los charcos
  • No les asusta el bullicio de la ciudad y se han convertido en un reclamo para turistas y malagueños, que no están acostumbrados a verlas en la ciudad

En la bodega El Pimpi de Málaga, lugar de encuentro de ilustres personajes del flamenco, política y arte, quiere colarse una familia de ardillas que pretenden emular las aventuras de visitantes como Sean Connery subiendo por sus barriles como si estuvieran rodando una escena de aventura.

En el confinamiento muchos animales han invadido espacios urbanos, pero en Málaga el protagonismo lo han adquirido tres ardillas que han bajado a la ciudad para intentar dejar su huella en los toneles de El Pimpi como ya hicieron el escritor Antonio Gala, la baronesa Thyssenn, el pintor Barceló o el actor Antonio Banderas, entre otros.

La familia Picasso, la Duquesa de Alba, John Malkovic, Tony Blair y Sean Connery son solo algunos de los muchos personajes que han visitado esta bodega y forman parte de su historia pero esta familia de ardillas no quiere ser menos porque se ha enamorado del entorno de este antiguo caserón del XVIII y han convertido en su casa los Jardines de Manuel Atencia.

Son juguetonas, atrevidas y descaradas, ha asegurado a Efe el gerente de la Bodega El Pimpi, Pablo González, que ha relatado cómo un día una de ellas entró en el establecimiento y se posó encima de unos de los barriles cautivada por el olor a vino moscatel, aunque tuvieron que ayudarla a salir para que pudiera seguir jugando en su jardín, ubicado enfrente de la Alcazaba y el Teatro Romano.

Suben y bajan de los árboles, se meten entre las mesas y sillas para husmear que hay en la terraza del establecimiento y les encanta beber en los charcos que queda después de limpiar la zona.

Conviven con sus enemigos urbanos: los perros y los gatos, "nos sorprenden los valientes que son" ha destacado Pablo González, que ha asegurado que la gente que les pone agua y comida son bastante cuidadosos porque saben que ante cualquier ruido o movimiento rápido se suben a los árboles y se quedan un rato jugando de rama en rama.

En el confinamiento, González vio en un principio una sola ardilla pero posteriormente bajaron más seguramente de Gibralfaro, ya que en esa zona sí había antes y eran alimentadas por turistas, pero imagina que al ver que ya nadie subía decidieron bajar ellas a buscar comida.

No les asusta el bullicio de la ciudad y se han convertido en un reclamo no solo para turistas sino también para los malagueños que no están acostumbrados a verlas en la ciudad y se asombran más.

"Quizá con el pequeño respiro que hemos dado a la naturaleza con el confinamiento se ha producido un efecto positivo y hay un poco más de biodiversidad en las ciudades", ha asegurado a Efe Ana Álvarez, que ha recordado que "tenemos que ser más respetuosos con el medio ambiente".

A Thomas Barth, alcalde de Stadecken-Elsheim (Alemania), no le ha sorprendido tanto, lo ve normal, porque en todas las ciudades alemanas donde hay parques y árboles es habitual verlas aunque ha precisado que en Alemania las ardillas son más de color marrón claro o incluso un marrón más rojizo.

El caserón de El Pimpi tiene miles de anécdotas y curiosidades, desde fiestas privadas de la familia Picasso hasta recitales de poesía de la "musa del Pimpi", la escritora Gloria Fuertes, ahora esta familia de ardillas se han propuesto presidir algún pasaje de la historia y si es posible colarse en alguna foto cerca de las colecciones de carteles de toros y fiestas populares que cuelgan en sus paredes.

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