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San Fernando

2018, “El mejor pregón de la historia”, como dicen cuando terminan las Olimpiadas

David Palomar ofreció uno de los pregones mejor hilvanados que se han escuchado en el Parque Almirante Laulhé.

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El Carnaval de La Isla, el oficial, el del Ayuntamiento, comienza en el Parque Almirante Laulhé “mientras que arreglan el Ayuntamiento”, que dijo alguien desde el escenario, con la proclamación de las Colombinas del Carnaval, las Salineras del Carmen y de la Sal que pasan a su segunda función a lo largo del año.

Eugenia Mora recibió el antifaz, como también su corte de honor mientras que la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada Montañés y la delegada de Fiestas, Mar Suárez, eran las encargadas de entregar el Pierrot de Oro a Ana Bernal Ponce, la primera mujer que lo recibe y el Pierrot de Plata a José Oneto Vidal.

Hubo dos Pierrot Honoríficos para José María Pardal Lorite ‘El Leti’ y Manuel Amedey. Los dos a título póstumo y como un homenaje más de los que los carnavaleros de San Fernando les están dispensando. Y todo ello con el agradecimiento de sus familiares y el reconocimiento de todos.

El Pregón

Lo dijo Manolo Casal no más comenzar el Pregón del Carnaval de San Fernando. No iba a ser un pregón como los demás porque en pocas partes de mundo se unen, conviven, dos músicas tan diferentes y tan iguales y en pocas partes del mundo se sienten y se viven dos músicas, dos formas de sentir y de vivir tan iguales y tan diferentes.

Si además el Ayuntamiento de San Fernando le encargó un pregón a un cantaor flamenco que comenzó por el 3x4 y terminó en el 8x12, mezclando a Paco Alba y a José Monje Cruz Camarón de la Isla y poniéndole un poco de Cádiz y un poco de San Fernando y viceversa -como el Tranvía Cádiz-San Fernando y Carraca, no el que ni vice ni versa- lo normal es que resultara un plato que le debió gustar a todo el mundo.

Apeénse los derrotistas y con permiso de quienes tienen otros gustos. Los primeros denostados y los segundos respetados. ¡Faltaría más!

David Palomar dijo en San Fernando cuando la alcaldesa, Patricia Cavada, lo presentó en el Ayuntamiento, que iba a dar un pregón donde su vida, sus vivencias, sus aficiones y sus devociones iban a ser una constante. Y que en esa constante estaría la banda sonora de su vida.

Era de esperar que no faltaría el Carnaval, el de La Isla, obviamente, donde tenía lugar el Pregón; era de esperar que no faltarían las esencias del Barrio La Viña, la cuna del pregonero, donde se reunió con los amigos que siempre te saludan, que nunca dan la espalda.

Carnaval y flamenco; flamenco y carnaval, se dan la mano en esos escenarios y con esos mimbres -¡que vaya mimbres!- construyó uno de los pregones más completos que se han escuchado, visto y sentido en el auditorio del Parque Almirante Laulhé. Con permiso de Paz García Santana, Paz Santana, la nuestra.

Un inciso antes de seguir. La primera impresión que se llevaron muchos -el arriba firmante incluido- fue que poco Carnaval, pero un gan espectáculo. No había chistes fáciles, el consabido dardo al alcalde o a la alcaldesa -cariñoso porque para eso lo ha traído- o las gracias sobre el devenir diario de la ciudad, de la región, del país o del mundo.

Un señor espectáculo

Había buena literatura de pregón y había, sobre todo, conocimiento del espectáculo, del ritmo. Quizá por eso duró más de hora y media -una hora y cuarenta minutos y algunos segundos- y nadie se levantó de la silla.

Cada cosa en su sitio. Cada actuación en su momento. Cada estilo cuando lo marcaba el guion. Cada frase sobre lo que había arriba y abajo del escenario cuando era necesaria... O sea, todo lo que se espera de quienes estaban sobre las tablas. Porque todos eran y son profesionales de las tablas, del espectáculo.

Y miren ustedes que David Palomar es persona que cae bien con el micrófono en la mano, que tiene el gracejo gaditano a percutor levantado y que podía haber hecho eso que hacer algunos aquí y allá, hilvanar el pregón fácil y hacer que la gente se desternillara.

En cambio montó un soberbio espectáculo que terminó con un fin de fiesta por bulerías -con compás de Cádiz, claro está, entendiendo el compás de Cádiz como el compás que no es de Sevilla, por ejemplo y el buen entendedor sabe que eso no es ni malo ni bueno, sino más rápido.

Dicho lo cual, pomenoricemos, desde Manolo Casal que hizo las presentaciones y avanzó lo que se venía encima hasta la participación de un cantaor de Chiclana que desde que hace una pila de años, sobre todo para su edad, ganó desde que pisó el escenario la primera noche de selección el Memorial Camarón de La Isla, ya se había presentado su carnet de primera figura del cante. Sólo a falta de que el tiempo termine de poner las cosas en su justo lugar.

A Camarón y a Paco Alba

El mayor homenaje a Camarón de la Isla, oración incluida ante la réplica de la estatua que le hizo Antonio Mota, la hicieron David Palomar y el chiclanero Antonio Reyes, acompañados por un elenco de artistas de atrás de primera fila, valga la paradoja.

El mayor homenaje al Carnaval de San Fernando no podía venir de otras voces que de leyendas vivas de La Isla. Caramelo, El Chúster, Felipe Rivero, Manuel Lucas y Angel Lucas, Francisco Asensio Paco Lara, Manuel Castillo El Susi, Antonio García Perete, “qué te quiero Perete”, le decía Manolo Casal cuando los iba nombrando sin olvidarse de ninguno (lo mismo sí lo ha hecho servidor...)

Anabel Rivera cantó un tanguillo hablado -que los tanguillos se cantan aunque sean hablados lo mismo que los cuartetos son de tres o de cinco- y Diego Villegas hizo que el saxo sonara a gloria flamenca. Y los demás, los muchos demás que salieron al escenario, Bienvenido incluido, más bienvenido que nunca...

O el diálogo entre Casal y El Libi, que estaba empeñado el portuense en sacar a David Palomar del flamenco y devolverlo al carnaval, que se gana más y se tiene más fama. Ejemplo, hablan de Farruquito en Cádiz y apenas lo conocen y “hablan del Libi que ha escrito cuatro cuartetos con faltas de ortografía y todo el mundo sabe quién es”.

El reconocimiento a cuantos subieron al escenario y a los que estaban en otros menesteres necesarios para que un espectáculo salga bien, lo hacía nominativamente David Palomar sin olvidarse de nadie (está claro que aquí el que se olvida de muchos soy yo), incluida la alcaldesa de San Fernando, “que es una muchacha mu mona”. Miren ustedes que sí salió a relucir la alcaldesa, aunque no se habló del tranvía. El de la Junta.

Volviendo al principio. Nadie se movió de su silla -incómoda- a pesar del frío -y humedad, los dos juntos- en la hora y cuarenta minutos. Si alguien se fue lo hizo como los indios, reptando y sin que lo viera nadie. Porque irse de allí era delito.

Y luego llegaron ellos

Luego llegaron ellos. Los que mandan. Los líderes mundiales -aunque el líder norcoreano bailó por bulerías en el fin de fiesta del pregón, en plan espontáneo- y pusieron más música. Está sí de Carnaval, Carnaval, Carnaval... De Cádiz, Cádiz, Cádiz...

Dijo José Luis García Cossio El Selu que estaba hasta contento después de una noche sin dormir y haber conseguido un tercer premio en el Falle. “Otro más para la colección”.

Y luego dijeron cantando cómo están arreglando el mundo según la visión de un chirigotero, según la actuación de una chirigota. Con varios isleños en su fila, entre ellos-as la reina de Inglaterra y Nicolás Maduro. Y de allí no se iba nadie, oigan. Ni el frío, que ya no era frío sino mala leche. Jartibles, jartibles...

 

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