Portugal notificó este domingo 10 muertes y 365 nuevos casos de coronavirus, datos estables que siguen la tendencia de los últimos días y con los que el país afronta una Semana Santa clave para marcar el ritmo de su progresivo desconfinamiento.
Según el último boletín de la Dirección General de Salud (DGS), en las últimas 24 horas suben ligeramente los decesos (fueron 8 el sábado) y los contagios (344 la última jornada).
Se registra también un repunte leve en el número de hospitalizados, que ascienden a 633 pacientes covid (15 más que el día anterior), aunque se reduce el número de atendidos en cuidados intensivos (142, seis menos que el sábado).
En total, Portugal, con diez millones de habitantes, suma 16.837 muertes y 820.407 contagios desde que empezó la pandemia.
EL PRESIDENTE PIDE UN ÚLTIMO ESFUERZO
Con estos números, Portugal afronta una semana santa que será clave para determinar el ritmo de su plan de desescalada, que arrancó el pasado día 15 tras dos meses de confinamiento estricto.
Por el momento apenas han recuperado su actividad normal centros de preescolar y primaria, peluquerías y librerías, incluidos en la primera fase de un plan de desescalada que tiene su siguiente paso el próximo 5 de abril, una vez concluida la semana santa.
Pero para llegar hasta allí será esencial que la situación no se descontrole en semana santa, ha avisado el Gobierno, que evaluará si efectivamente se avanza según lo previsto el 1 de abril, jueves santo, en tanto que hasta entonces ha endurecido restricciones.
En concreto, desde la medianoche del pasado viernes y hasta el 5 de abril los portugueses tienen prohibido salir del municipio de residencia sin justificación.
"Las personas tienen que entender por qué es fundamental que vaya bien la Pascua, es fundamental para ellas. Yo sé que están cansadísimos, que están hartos, que quieren irse de vacaciones, todo eso es comprensible", advirtió este fin de semana el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.
Pero pese a estos anhelos, agregó, se debe tener en cuenta que los casos de coronavirus están aumentando en Europa y, en el caso de Portugal, hay que evitar "facilitar" los contagios.
Ceder al deseo de reunirse sería, dijo, como echar por la borda en el último minuto el esfuerzo del país, que se confinó el 15 de enero desbordado por una tercera ola que llevó a sus hospitales al borde del colapso.