El británico Max Mosley, presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) de 1993 a 2009 y que ha muerto este lunes a los 81 años, fue una controvertida figura en el mundo del automovilismo deportivo que se vio obligado a dejar dicho organismo tras un escándalo por una imágenes de una fiesta sado-nazi con prostitutas.
Nació en Londres el 13 de abril de 1940, era hijo del aristócrata y presidente de la fascista Unión Británica sir Oswald Mosley, amigo de Hitler y de Goebbels. Se formó en Francia y Alemania, graduándose finalmente en Gran Bretaña en Física y doctorándose en Derecho.
Trabajó como abogado y desde 1966 fue piloto de Fórmula 2, competición en la que se rivalizó con Jim Clark, Jackie Stewart y Jochen Rindt, pero un accidente en el circuito alemán de Nurburgring en 1969 le obligó a dejarlo.
Ese año creó la escudería March de Fórmula 1. En los primeros años de los setenta entabló amistad con Bernie Ecclestone, entonces patrón de la escudería Braham.
Desde 1978, tras cesar la actividad de March, Mosley se convirtió en abogado de la Asociación de Constructores de Fórmula 1 (FOCA), liderada por Ecclestone, y entró a formar parte del Comité FIA, dependiente de la Federación Internacional del Deporte del Automóvil (FISA).
Junto con Enzo Ferrari, en marzo de 1981 fue uno de los artífices del "Pacto de la Concordia", que permitió superar el cisma entre la Federación de Jean Marie Balestre y la FOCA en la organización de la Fórmula 1.
Tras unos años de alejamiento de la Fórmula 1, a partir de 1986 presidió la Comisión de Constructores de la FISA y fue vicepresidente de la Federación Internacional.
El 9 de octubre de 1991 destronó a Balestre al frente de la FISA, aunque el francés siguió al frente de la FIA, gracias al apoyo de federaciones nacionales y de Ron Dennis y Frank Williams, máximos responsables de las potentes escuderías Marlboro McLaren Honda y Williams-Renault.
Consiguió acabar con la bicefalia en el automovilismo mundial el 10 de junio de 1993, cuando logró además la presidencia de la FIA por aclamación. Luego, consiguió sucesivas reelecciones.
Durante su mandato, el automovilismo dejó de anunciar el tabaco, lo que supuso fuertes mermas de ingresos económicos a las escuderías, y promovió nuevas medias para aumentar la competitividad de la F-1, como la reducción de velocidad límite.
El 31 de marzo de 2008 saltaron a la primera página del tabloide británico "News of the World" las fotos de Mosley en una supuesta orgía sado-nazi con cinco prostitutas. Pese a que varias escuderías pidieron su dimisión, la Asamblea de la FIA del 3 de junio aprobó que agotara el mandato en 2009.
Llevó a los tribunales a la publicación, que en 2009 fue condenada a indemnizar a Mosley con 60.000 libras (más de 76.000 euros) por considerar que fue una sesión sadomasoquista privada y consensuada. Incluso llegó al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que dos años después dictaminó que el Reino Unido no violó sus derechos fundamentales y consideró adecuada la reparación por la invasión de su vida privada. Años después consiguió por sentencias en Francia y Alemania que Google borrara las imágenes de la fiesta.
En sus últimos meses al frente de la FIA se enfrentó a las escuderías por una norma que limitaba sus presupuestos a 45 millones de euros a partir de 2010, por lo que algunas se rebelaron y amenazaron con una competición paralela.
En octubre de 2009, el francés Jean Todt tomó su relevo al frente de la FIA.