El Ayuntamiento de Arcos ha confirmado la suspensión de la Feria de San Miguel a finales de septiembre como medida de prevención frente al COVID-19. Se trata de una decisión complicada, pero consensuada con los 19 municipios de la Sierra tras su reunión del 30 de mayo pasado, pues, como explica el delegado de Fiestas, Juan Ramón Barroso, la situación no reúne el marco total de seguridad para permitir acontecimientos multitudinarios de esta magnitud. Aunque el ritmo de vacunación sea propicio y la incidencia acumulada se estanque en la mayoría de las poblaciones, el Ayuntamiento ha querido ser cauto en este sentido para que no se produzcan posibles repuntes de la enfermedad.
Como alternativa, la Delegación de Fiestas estudia una programación especial que tendría a los niños como sus grandes protagonistas, pero aún no se ha confirmado nada al respecto. Además, la cantidad de trámites administrativos que comporta la organización de una feria hace muy complicado organizar en poco tiempo un evento como la Feria de San Miguel.
El alcalde, Isidoro Gambín, apostilla que “la prioridad es la salud”, con lo cual justifica la suspensión de la feria, como también hace hincapié en que ha sido una decisión unánime de todos los municipios de la comarca. Respecto a la feria alternativa, Gambín anuncia que las actividades se llevarán a cabo con las máximas medidas de seguridad.
De otra parte, el área de Fiestas ha confirmado que habrá actividades para el ocio tanto de los arcenses como de los turistas, sobre todo en el lago, así como actividades de senderismo, conciertos y cine, entre otras, igualmente con las medidas que requiere la situación sanitaria. “Tendremos un verano distinto, entretenido. Necesitamos de un ocio tras este tiempo de desgracias. El año que viene volverá la Semana Santa, la Feria, etc. pero mientras tanto tenemos que pasar por esta travesía y mantener la esperanza gracias a la vacunación y a la responsabilidad de cada uno”, señalaba Gambín.
De otro lado, como delegado de Casco Antiguo, Juan Ramón Barroso, confirmaba la entrada en funcionamiento de los semáforos que regulan el tráfico entre Calle Nueva y Cuesta de Belén para hacer más fluida la circulación en esta estrecha zona del centro histórico.