Si a la última entrega de calor que suele regalarnos el año a principios de otoño se suele conocer como veranillo de San Miguel, ¿cómo hemos de bautizar al sorprendente adelanto de tórrido calor estival con que nos han asaltado las primeras semanas de mayo? En cualquier caso, el nombre es lo de menos, y lo de más, su manifiesta anormalidad. Como norma general, las estadísticas nos muestran que los registros por encima de los treinta grados no son demasiado habituales en nuestro municipio, viniendo a circunscribirse a los meses de julio y agosto.
De hecho, la temperatura media en mayo en Alcalá la Real es de 17º. Sin embargo, este 2012 parece dispuesto a romper todos los convencionalismos. No en vano, desde el pasado jueves se vienen superando los 30º grados de máxima, y el observatorio perteneciente a la red de Aemet situado en Charilla, registraba una máxima de 33,2º el pasado viernes, día 11, a las dos y cuarenta minutos de la tarde.
Registros sorprendentes arroja, igualmente, la estación de Meteoclimatic en Alcalá la Real, que ha marcado una máxima de 30,9º el domingo, día 13, y una desconcertante mínima de casi 19º el sábado, 12 de mayo. La inesperada ola de calor parece haber sorprendido a propios y extraños, incluidos los bares, que se han apresurado a adelantar la colocación de sus terrazas.
Para aquellos que peor llevan el calor, no parece que este tenga intención de marcharse todavía. Las previsiones, de hecho, apuntan a un mantenimiento de las máximas en valores alrededor de los treinta grados, sobre hasta este jueves, con mínima en 15-16º, para registrar un claro descenso el viernes (25º de máxima y 13 de mínima) y sobre todo el sábado (20 de máxima y 11 de mínima).