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Alcalá la Real

Zacatín: medio siglo de historia en la hostelería alcalaína

El establecimiento decano de la hostelería en Alcalá la Real abría sus puertas el 17 de agosto de 1964, como “El Bodegón”, y ha sido testigo de los últimos 50 años de la Historia reciente de nuestra localidad

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  • Un adolescente Juande.

El 17 de agosto de 1964, día de San Roque, abría sus puertas el que, con el tiempo, se ha convertido en uno de los establecimientos hosteleros emblemáticos de Alcalá la Real, la Hospedería Zacatín. Celebrar medio siglo de historia no está al alcance de muchos, pero este céntrico hotel puede contarlo, con el orgullo de una saga familiar que ha visto premiada la dedicación de una vida.

Juan de Dios Serrano Sánchez, recuerda sus inicios, como El Bodegón, una de las típicas bodegas que podían encontrarse en los distintos rincones y barrios de la ciudad, y que, de alguna manera, suponían una verdadera seña de identidad de la localidad por aquellas fechas y que hoy se encuentran prácticamente extinguidas. “Teníamos un lagar de vino, donde actualmente está el pasaje de las Mercedes, allí se pisaba el vino y se vendía enfrente. Por aquellos tiempos el vino no se vendía como hoy en día, embotellado, sino que venía a granel, en toneles, desde La Mancha. Desde ahí debíamos cargarlo con bombas manuales en las tinajas; era un trabajo que requería esfuerzo, pero a los niños nos gustaba hacerlo, nos divertíamos cargando el vino con aquellas bombas”, rememora Juande, cuyo nacimiento coincidió, prácticamente, con la creación del negocio familiar por parte de su padre, Francisco Serrano López.

Aquel antepasado del actual Zacatín era un local también con la barra de madera y el suelo de piedra, que era la propia bodega. Las tinajas y los toneles completaban una estampa típica de la más castiza posada española, que podría haber respondido a los cánones de los viajeros románticos o servir como fondo a algún cuadro de Gustavo Doré. Había un gran tipismo y autenticidad en aquella taberna, en la que los alcalaínos acudían no sólo a degustar ese vino del terreno que duraba todo el año, sino, quizá sobre todo, el buen vino manchego que por aquellas fechas era el más demandado por la parroquia. Eran tiempos, confirma Juande Serrano, en los que el consumo de vino era algo mucho más frecuente y extendido, una práctica que ha ido en receso, en detrimento de otras bebidas, como la cerveza, si bien ahora, “tenemos acceso a una carta mucho más amplia de caldos, tanto en cantidad como en calidad”. Las bebidas destiladas eran cosa de snobs;  en los anaqueles apenas si había una botella de ginebra y otra de ron, y era casi un acontecimiento cuando se ponía un cubalibre de FR, que olía a rosas, “se combinara con lo que se combinase”.


Coincidiendo con la época del desarrollismo, El Bodegón se amplía y renueva, y en el año 1972 se convierte también en hostal. Es también en esos años cuando el establecimiento abandona su denominación original, y pasa a denominarse Zacatín. Quería reflejarse, de esta manera, el carácter de la propia calle, estrecha, fresca y sombreada, que se asemejaba entonces, quizá aun más que ahora, a un verdadero zoco, en el que se concentraban hasta cinco bares y cafeterías, además de los diferentes comercios repartidos por la zona.

La segunda generación se hace cargo del establecimiento a principios de los años ochenta. Durante esta década y la siguiente, Zacatín sigue siendo heredero de aquel establecimiento pionero y lleno de sabor popular que había sido en los setenta. Pero daría un salto cualitativo en el año 2001, cuando adopta su aspecto actual, totalmente modernizado, como taberna típica y cafetería, restaurante, de tan intenso aire andaluz y atmósfera tan taurina, y como hotel de calidad, acogedor y en el mismo corazón de la ciudad. A ello se sumaría años más tarde, durante la época veraniega, su terraza, con bellas vistas y ambiente tranquilo.

Estos cincuenta años dejan el recuerdo del paso de personajes ilustres, como cuando la feria se celebraba en el Paseo de los Álamos, y era parada de la troupe del circo de Manolita Chen, con su espectáculo tipo cabaret que era la locura en aquellos años de la liberación y del destape. Años más tarde, sus habitaciones alojaron a verdaderos ídolos de la chiquillería, como el dúo Enrique y Ana, y más recientemente a alguna estrella de la radio, como el periodista Luís del Olmo.

Hoy en día, Hospedería Zacatín sigue siendo uno de los locales imprescindibles cuando se trata de turismo en Alcalá, comprometido siempre con participar en el impulso y la mejora del sector en nuestra ciudad, y en el que uno siempre encuentra esa remembranza de tiempos antiguos, esa reminiscencia de lo que fue en el pasado que, de alguna forma, pervive entre sus vigas y paredes, en sus habitaciones y estancias.

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