.0Yo estuve ahí. Le contaré a mis hijos, si algún día los tengo, a mis sobrinos, a cualquiera que quiera escuchar el anecdotario de un loco del flamenco que yo vi tocar a Vicente Amigo en Jerez. Ese día me enrollaré porque la gala que tuvo lugar en la noche del pasado jueves, 3 de agosto, en el ciclo
Solera y Compás de González Byass dio para mucho.
Empezaré diciendo que el ambiente que se respiraba me recordó a aquella vez que Paco de Lucía tocó en la Plaza de Toros de Jerez en agosto de 2010 en la que, salvando las oportunas distancias, un Dios de la guitarra bajaba a vernos. Aquella noche, como en la de Vicente, muchos guitarristas fueron a ver al genio de Algeciras. En Tío Pepe estuvieron entre las butacas algunos como
Diego del Morao, Antonio Rey, Manuel Valencia, José Carlos Gómez, Curro Carrasco, el veterano Fernando Moreno, otros más jóvenes como Paco León, Ismael Heredia o Alberto Franco.
Contaré seguidamente, si me quieren seguir escuchando, que Vicente consiguió crear la expectación que solo los elegidos son capaces y que la tensión se podía cortar con tijeras. Es, podemos traducir, la responsabilidad de coronarse en Jerez si es que le hacía falta. "Llevo muchos años sin estar por aquí, pero para qué, con la de artistas que hay en Jerez", dijo el cordobés dedicando seguidamente unas palabras de cariño y recuerdo a
Periquín Niño Jero, fallecido el pasado mes de marzo.
Seguramente recuerde alguna de las interpretaciones de Vicente, un repertorio cuidado y limpio, con el
Réquiem como culminación de oro. No olvidaré destacar, como hoy lo hago, a un Rafael de Utrera inconmensurable en dominio y en acierto, con un eco que consiguió arrancar ovaciones inesperadas. Creo que de lo que Rafael hizo nunca me olvidaré, tampoco.
Tendré que contar que entre el público estaban referentes de la prensa flamenca como
Alberto García Reyes, director de ABC Sevilla, o José María Castaño, jerezano y caminante. Sobre todo sorprendía cómo había aficionados a la música de todas las edades, amantes del flamenco intelectual, de los que no suelen ir a las peñas. Alguna que otra anécdota de una fan coñazo pidiendo a viva voz que tocará "¡tres notas...!". No le hizo caso el guitarrista.
La noche estaba fresquita y Vicente tenía que templar la guitarra cada cierto tiempo. Se agradecía sin duda esa temperatura en pleno mes de agosto. Pero bueno, llegábamos al final y todo eran sonrisas y placeres sonoros. Al finalizar, muchos nos quedamos esperando a ver si salía el maestro para saludarlo. He de reconocer que no lo conocía personalmente y me hacía cierta ilusión tener a un creador místico y sensible.
El Chusco, ese que toca la guitarra por la calles de Jerez y es tan popular en redes sociales, estaba en la puerta para "venderle la guitarra que traigo aunque tenga tres cuerdas".
Ya se iba aquello despejando y nos dio, a mí y a mi acompañante, Dieguito Méndez, por ir al restaurante Tuga, situado en otra parte de la bodega para quienes quisieran cenar con magnífico trato y calidad de producto. Allí estaba Vicente, con camiseta blanca, pantalones vaqueros y botines negros. La sorpresa fue tremenda. Eso lo contaré seguro, sobre todo, porque se mostraba humano y sonriente, amable y cercano. De lejos me saludó y sigo pensando si fue por cortesía o porque nos ha visto en alguna de las entrevistas publicadas en cualquier medio en los que colaboro. No tuve por menos que acercarme y aprovechar para abrazarlo y agradecerle su presencia.
Minutos más tarde, ya en la intimidad, junto a
Diego del Morao y Antonio Rey mantuvo un diálogo con guitarra en mano y pudimos formar parte del momento que nunca olvidaré. He estado en fiestas que sí, que contaré porque me han marcado, pero esta concretamente es de más que se viven una vez en la vida con suerte. "Estamos con taquicardia", decía el del Morao y Rey cuando tocaban para Vicente. Éste, sonreía y les pedía más. Mara Rey hizo de las suyas y con un cante y un baile recordó que en Jerez hay mucho que dar todavía. Se sumó a la fiesta José El Berenjeno, que apenas podía sacar la voz ante tantas estrellas. Estaba Ané Carrasco también, Fernando del Morao... algunos más.
Si en un futuro me permiten, contaré una y otra vez lo que viví en la noche de
Vicente Amigo en Jerez.