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Almería

Fiscalía pide 29 años de prisión al acusado de violar e intentar matar a una guardia civil

A una mujer que se identificó como agente de la Guardia Civil ante su agresor y que intentó repeler el ataque que tuvo lugar en su apartamento de Roquetas

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  • Juicio. -

La Audiencia Provincial de Almería ha acogido este jueves el juicio contra H.B., el hombre al que la Fiscalía pide 29 años de cárcel acusado de agredir sexualmente y haber intentado matar a una mujer que se identificó como agente de la Guardia Civil ante su agresor y que intentó repeler el ataque que tuvo lugar en su apartamento de Roquetas de Mar.

Durante la sesión, que se ha celebrado en apenas en una hora a puerta cerrada, el acusado no ha llegado a reconocer "plenamente" los hechos por los que se le acusa ante las preguntas formuladas por la Fiscalía y la acusación particular, sentido en el que ha asegurado no recordar ciertos momentos que se dieron en el día de los hechos, según han asegurado fuentes judiciales.

En concreto, según consta en el escrito provisional de acusación al que ha tenido acceso Europa Press, la fiscal solicita 15 años de cárcel por un presunto delito de agresión sexual agravado con uso de arma blanca, ocho años por un presunto delito de homicidio en grado de tentativa y tres más por cada uno de los presuntos delitos de allanamiento de morada en concurso medial con la violación y atentado contra agente de la autoridad.


La agresión de la que se acusa al joven de 27 años de edad y residente legal en España tuvo lugar sobre las 2,00 horas del 1 de marzo de 2020 cuando el procesado se habría dirigido al domicilio ubicado en la Urbanización de Roquetas de Mar, donde la mujer se encontraba sola y durmiendo en esos momentos.

Según el Ministerio Público, el acusado conocía superficialmente a la agente ya que, previamente, la habría "acechado la tarde anterior" a la fecha de los hechos, de modo que conocía el lugar en el que esta vivía.

Así, una vez frente a sus vivienda, el hombre habría empleado un bloque de hormigón para fracturar el cristal superior de la puerta que da acceso al interior de la casa, a la que accedió para, acto seguido, desplazarse armado con un cuchillo de 13 centímetros de hoja hasta la habitación donde se hallaba.

Fue en ese momento cuando la mujer se despertó y al verle "le dio el alto" y "se identificó en alta voz como agente de la Benemérita". A pesar de ello, el procesado, con "total desprecio al ejercicio de su profesión" y con ánimo de menoscabar su integridad, se abalanzó sobre ella y la agredió físicamente mientras le ponía el cuchillo en la cara, conforme al relato de la fiscal.

A pesar de los intentos de la mujer por defenderse y de haberse identificado varias veces como agente de la autoridad, el acusado habría mantenido su ataque con desprecio a su condición de agente. "Me importa una mierda que seas Guardia Civil, yo te mato", le habría manifestado antes de iniciar un forcejeo para agredirla sexualmente sin dejar de empuñar la navaja para amenazarla con ella.

Tras varios minutos en los que se habrían producido los primeros abusos, la víctima aprovechó un momento en el que el acusado se levantó de la cama para huir de la vivienda por el hueco que éste había ocasionado en la puerta, aunque fue alcanzada por el mismo. Según el escrito, la mujer fue agarrada por el pelo y conducida a una playa cercana hasta unos matorrales donde la amenazó de muerte y la agredió sexualmente de nuevo.

No obstante, dos agentes que habían sido comisionados aparecieron en el lugar y sorprendieron en el lugar de los hechos al acusado, quien se encontraba desnudo sobre la víctima. Al advertir la presencia de los agentes, este habría intentado escapar por las calles cercanas de modo que, al ser detenido, habría opuesto una gran resistencia e, incluso, habría tirado piedras contra uno de ellos.

El acusado, quien se encontraba en España en situación regular y carece de antecedentes penales, se encuentra en prisión provisional desde su detención. La Fiscalía solicita, además de las penas privativas de libertad, 30 años de alejamiento sobre la víctima, una multa de diez euros diarios a razón de 12 meses y una indemnización de más de 52.000 euros.

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