Un joven trans de 23 años ha denunciado ante los juzgados de Almería un presunto delito de odio después de que una examinadora de la Jefatura Provincial de Tráfico insistiese en tratarlo como mujer y se refiriese a él con su nombre de nacimiento mientras duró la prueba práctica del carné de conducir.
Según adelanta el periódico ‘La Voz de Almería’ y relata a Efe el padre del chico, Alberto M., los hechos tuvieron lugar el pasado martes cuando su hijo se presentó con otros compañeros de la autoescuela a dicho examen. “Cuando llegó, la examinadora le preguntó dirigiéndose a él por su antiguo nombre”, apunta.
En este sentido, el progenitor destaca que la autoescuela había aportado antes a la Jefatura Provincial de Tráfico el certificado de nacimiento y los documentos que acreditaban que el joven había transicionado, de forma que se había producido un cambio de género y nombre.
“Mi hijo le pidió que no se dirigiese a él con ese género ni por ese nombre. Llevaba una copia de la partida de nacimiento -con dichas modificaciones- y se la enseñó. Entraron al examen, se examinó el primer muchacho, y cuando le toca a él, empezó a dirigirse a él otra vez con el nombre antiguo”, explica el padre.
Alberto M. sostiene que su hijo reiteró la petición para que dejase de llamarlo con este nombre, aunque supuestamente a la examinadora “le dio igual” y volvió a hacerlo.
“Se puso bastante indignado pero optó por dejar de hacer hincapié en el tema y terminó el examen. Al terminarlo, le dice la examinadora que ha suspendido al inicio por una falta muy grave”, abunda el progenitor.
El padre mantiene que su hijo preguntó entonces por qué no se había parado el examen en ese momento, y que la examinadora manifestó entonces que el suspenso se debía a que “no había mirado hacia la izquierda en una intersección”.
Asegura que al consultar la intersección, tanto la profesora como el otro alumno defendieron que sí había mirado, y que la examinadora respondió que no había podido “corroborarlo porque no habían vuelto a pasar por la misma intersección”.
“Se quedó bastante mal, no por el haber suspendido, sino por cómo se estuvo dirigiendo a él en todo momento. Cuando me lo cuenta, veo un posible delito de odio y una prevaricación por parte de la funcionaria. Porque incluso a la hora de hacer el informe del motivo del suspenso, expone otro diferente, que llegó a una intersección a una velocidad inadecuada”, insiste.
Mantiene que aun en el caso de que hubiera aprobado, el trato fue “denigrante”. “Es una persona que ha cambiado de género, que se ha estado hormonando y que es completamente en apariencia un muchacho. El primer paso que dimos fue ir a la Jefatura Provincial de Tráfico para pedir explicaciones”, apostilla.
Aunque intentaron hablar con el jefe provincial de Tráfico o el jefe de los examinadores, asevera que no fue posible, ya que dos funcionarios les trasladaron que no iban a ser recibidos y que aceptasen las “disculpas de ellos dos”.
Tras esto, se produjo la denuncia en el juzgado por “un delito de odio y de prevaricación”. “Todo esto no hubiese llegado absolutamente a nada si por parte de Tráfico hubiese habido una disculpa formal”, afirma.
Desde la Jefatura Provincial de Tráfico se ha declinado realizar valoraciones sobre este asunto, pero sí se ha indicado a Efe que se ha abierto un expediente informativo para recabar toda la información, al ser el trámite habitual ante cualquier queja posible por parte de un ciudadano.