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El guardián entre el Centeno

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Salida de caballo andaluz, llegada de burro manchego. Me temo que así habrán de ser el final de la aventura del recién nombrado portavoz del PSOE esteponero y reciente entrevistado en estas páginas, Fernando Centeno, si continúa por el equívoco camino de insultar la inteligencia de los esteponeros.

Habrá que recordarle quizá que más de cinco mil de ellos salieron a las calles de la ciudad el pasado mes de Agosto para protestar por la elevada carga impositiva que venimos soportando en los últimos años de gobierno socialista que se ha visto incrementada, más aún si cabe, con la retirada de la subvención por parte del actual alcalde para poder hacer frente a la nómina del mes de Junio. El diputado socialista pretender darnos una lección teórica en materia económica e impositiva confundiendo las churras con las merinas - la presión fiscal, para su conocimiento futuro, es el cociente entre la recaudación de impuestos estatales y el PIB - y pontifica acerca del impuesto de vehículos pero se olvida de unas tasas de basura y alcantarillado ilegales al aplicarse a pesar de que un acuerdo plenario las anulaba para 2010 y omite el cobro ilegal de 2008 y 2009 por un Patronato de Recaudación que no tenía cedido su cobro.
Presume Centeno de la disminución de la Deuda Viva creyendo que habla de otra cosa pero desconoce que se refiere a la amortización de la deuda bancaria concertada por el gobierno que salió de las urnas en 2007 del que, eso sí, aunque sin muchas ganas, formaban parte Valadez y la constructora ilegal. Amortizaciones que se realizan contra los ingresos del Patronato de Recaudación y que son retenidas en origen por el citado organismo por lo que poco puede hacer este gobierno al respecto al escapar de su ámbito de actuación. También echo en falta en su discurso una mínima alusión a los más de 20 millones de euros en facturas sin consignación que permanecen en los cajones y cuya suma no forma parte de la deuda contable que el señor Centeno dice haber rebajado este gobierno aunque la realidad, tozuda ella, nos llevará a un incremento superior a los citados 20 millones en relación a lo que se encontraron al llegar a la alcaldía en Agosto de 2008. Facturas éstas cuyos acreedores, mayoritariamente pymes esteponeras desconocen cuando podrán no ya cobrar sino, al menos, ver reconocidos sus derechos legítimos frente a la administración.
Por no hablarles del recurrente préstamo de 38 millones de euros que habría de ser la panacea de ésta y otras historias pendientes y la historia de los informes que acompañaban la citada solicitud y que elevaban a 60 millones de euros lo que habría de ingresarse en materia urbanística y que habrían de servir para la amortización del préstamo. Un millón escaso ha sido lo recaudado en el año 2009 tal y como se predijo no sólo por la oposición sino por el mínimo sentido común a la vista de la actividad económica que se venía observando en los meses anteriores a la propuesta. Se olvidó el señor Centeno de los fondos de patrimonio de Suelo dilapidados y de cuyo gasto habrán de responder frente a sus legítimos propietarios y de los miles de euros tirados en obras innecesarias.
Hablando de ésto, alguien deberá explicar la razón por la que se retiran unas farolas de forja de máxima calidad - las situadas a lo largo del paseo marítimo - con la justificación de un supuesto ahorro energético para gastarse 800.000 euros en su sustitución. ¿Saben ustedes cuantos cientos de años habrán de pasar para amortizar ese coste con el supuesto ahorro? ¿Donde irán a parar las farolas sustituidas?
Las respuestas son evidentes, a la primera, ninguno de nosotros lo veremos ni las nuevas farolas aguantarán tanto. A la segunda, esperen un par de años y en cualquier fiesta veraniega en cualquier campito de la localidad, las encontrarán formando parte del paisaje. ¿No estaría mejor empleado el dinero llenando de agua las fuentes? ¿O sustituyendo las losas de un paseo marítimo destrozadas por los propios vehículos municipales que campan a sus anchas en lugar de acceder a la playa por los espacios establecidos.
A otro perro con ese hueso.

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