esos políticos que nos reducen las pensiones, que rebajan el sueldo a los funcionarios, que dejan en la indigencia a familias que están en paro
Los diferentes gremios han marcado el devenir de la historia de las naciones. En los últimos tiempos la economía ha relegado a un segundo plano la influencia de estos gremios e impone las directrices a seguir de un país moderno. Sin embargo, pervive un gremio, que ha crecido exponencialmente al amparo de sus prerrogativas y privilegios, que se considera por encima del resto de los mortales: los políticos.
Sí, los políticos con mayúsculas, esos políticos que nos reducen las pensiones, que rebajan el sueldo a los funcionarios, que dejan en la indigencia a familias enteras que están en paro y le retiran el subsidio de poco más de cuatrocientos euros, esos políticos incapaces de sacar a nuestro país de una crisis que el resto de Europa ya está superando.
Nuestros políticos incapaces de crear las condiciones necesarias para que nuestros jóvenes, con un porcentaje de paro próximo al cuarenta por ciento, encuentren trabajo, no ya el puesto de trabajo para el que están preparados y capacitados, sino cualquier trabajo; esos políticos a los que la única solución que se les ocurre para salvar de la quiebra a nuestro país es incrementar los impuestos, reducir los ingresos de los mas débiles, recortar los derechos de los pensionistas, incrementar los años de cotización para poder jubilarse con una pensión que te permita subsistir, a pocos meses de las elecciones municipales se han enzarzado en quien ha sido el primero en apuntar la posibilidad de limitar sus los privilegios, los complementos de sus pensiones, la acumulación de cargos y sueldos y un largo etc.
A la mayoría de los ciudadanos no nos importa quién ponga coto a estos privilegios, solo queremos que, de una vez por todas, todos los españoles tengamos los mismos derechos y obligaciones, que si cualquier trabajador ha de cotizar durante treinta y cinco años (cuarenta y uno próximamente si Dios no lo remedia) para cobrar su pensión íntegra, estos señores tengan que hacer lo mismo y se dejen de justificaciones inconexas y trasnochadas para justificar tales prebendas, máxime cuando se empeñan en aplicárselas solo a ellos.