La Inteligencia Artificial no son sólo números, sólo dígitos que puedas comprobar de manera instantánea. El poder de la IA radica en la capacidad brutal que tiene para leer datos de una manera meteórica y compararlos para dar sentido a una propuesta y crear predicciones basándose en ellos. Con todo ello termina por asimilarlo y esa retroalimentación hace que su compresión crezca. Con ese concepto básico, la Agencia Tributaria (AEAT) se está adentrando en la era de la Inteligencia Artificial (IA) con el objetivo de optimizar sus procesos de selección de contribuyentes. Esta iniciativa, que forma parte del Plan Integral de Lucha contra el Fraude Fiscal 2023-2025, busca aprovechar el poder de la IA para identificar de manera más eficiente aquellos contribuyentes con mayor riesgo de fraude. El extenso mundo de los datos fiscales de los contribuyentes tendrá un nuevo guardián que velará porque no existan discrepancias entre lo que declaramos y luego entiende Hacienda que es la realidad.
IA al servicio de la Hacienda Pública
La AEAT ya está experimentando con diferentes herramientas de IA, como el análisis de grandes conjuntos de datos (Big Data) y el aprendizaje automático (Machine Learning). Estos sistemas permiten a la agencia procesar y analizar vastas cantidades de información, como declaraciones de impuestos, movimientos bancarios y registros de propiedad, para identificar patrones y anomalías que podrían indicar comportamientos fraudulentos.
Y es que, en su Plan, la Aeat afirma que "debe aprovechar las oportunidades que brindan estos avances tecnológicos para aplicarlos a un mejor cumplimiento de su misión en todos los ámbitos de su actividad, incrementando la eficacia y eficiencia de las actuaciones tributarias y aduaneras, en materia de prestación de servicios de información y asistencia al contribuyente y en el ámbito de la prevención, pero también en la lucha contra el fraude fiscal y aduanero".
Es entonces cuando entra en escena el nuevo chico la clase, la IA, con su capacidad para analizar vastas cantidades de datos y detectar patrones ocultos, está destinada a convertirse en una herramienta indispensable para la Agencia Tributaria. Actualmente, el proceso de selección de contribuyentes para auditorías y revisiones se basa en criterios establecidos por expertos humanos y en análisis de riesgo tradicionales. Sin embargo, estos métodos, aunque efectivos, tienen sus limitaciones. Aquí es donde la IA entra en juego, ofreciendo una precisión y velocidad sin precedentes.
Con todo ello, no es otro todo lo que reluce porque como bien se sabe. La incipiente aunque segura nueva tecnología todavía presenta ciertas lagunas, además de tener que construirse un marco aún más claro sobre su uso y los principios que comandarán esas ‘ordenes’: “Es importante señalar que el alcance de esta estrategia se circunscribe al uso de la IA dentro de la Agencia Tributaria y no hace referencia al uso de otro tipo de tecnologías que, pudiendo ser novedosas, no impliquen el uso de técnicas o herramientas específicas de la Inteligencia Artificial”, añade el documento.
La Aeat reconoce en su Plan que “cualquier sistema de IA debe cumplir con la normativa comunitaria y nacional de protección de datos en relación con la recopilación y procesamiento de información".