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Estimulación magnética transcraneal: la "llave" para aliviar la depresión

 "No es un milagro ni es una panacea, no hemos resuelto el problema de la depresión ni muchísimo menos, pero sí hemos cambiado un poco el paradigma"

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  • Depresión. -

La estimulación magnética transcraneal (EMT), una terapia física de neuromodulación no invasiva, se ha convertido en la "llave adecuada" para conseguir tratamientos rápidos con los que "en pocos días" se obtienen resultados en casos incluso de depresión resistente, explica a EFE el doctor Joan Albert Camprodon, psiquiatra del Harvard Medical School de Boston (EEUU).

Camprodon es uno de los más de 200 expertos en salud mental que participan en Sevilla en una jornada de la Sociedad Española de Psiquiatría Clínica (SEPC) para abordar las últimas novedades en neuromodulación, entre las que esta es una de las grandes protagonistas, ya que ha demostrado "tasas de remisión muy atípicas en psiquiatría" y que han llegado al 80 por ciento de los pacientes.

Reconoce que él mismo era "muy escéptico" en un principio sobre la respuesta de pacientes con un "calibre de severidad alto" pero, después de numerosos estudios con diferentes grupos, se han observado avances muy esperanzadores y que permiten albergar optimismo para el futuro, especialmente teniendo en cuenta que una de cada cinco personas -un 20 por ciento de la población-, en algún momento de su vida va a sufrir depresión.


 "No es un milagro ni es una panacea, no hemos resuelto el problema de la depresión ni muchísimo menos, pero sí hemos cambiado un poco el paradigma", asegura el doctor, quien insiste en "la necesidad de estas herramientas más sofisticadas porque estos pacientes sufren mucho, igual que sus familias y su entorno".

El objetivo, indica, no es tanto sustituir a otras herramientas que también funcionan, como los fármacos o la psicoterapia, sino aumentar las opciones de pacientes y médicos para tratar estas dolencias de forma más personalizada en función de las características de cada caso. "Tener más opciones nos permite avanzar en la precisión, porque cada paciente es diferente", afirma.

Una bobina en un punto de la cabeza

La estimulación magnética transcraneal es una terapia no invasiva, que no necesita anestesia y que permite modular la actividad del córtex cerebral a través de un campo magnético que se genera con una bobina que se coloca sobre la superficie del cráneo.

Camprodon explica que se trata de un procedimiento ambulatorio que se puede recibir varios días a la semana durante una media de seis en el que el paciente va a la clínica, se sienta en una silla "igual que si va al dentista" y un profesional médico aplica una bobina encima de un punto concreto de la cabeza.

"Esa bobina lo que hace es generar unos campos magnéticos que cuando llegan al cerebro permiten variar el lenguaje que las neuronas utilizan para comunicarse entre sí y para procesar información como las emociones, el pensamiento, el movimiento o la conducta", detalla.

Aunque en un principio se pensó en su uso para los pacientes con patologías más graves o resistentes, al suponer un tratamiento "muy seguro y muy bien tolerado" es indicado para quienes sufran también depresiones leves o moderadas, o se encuentren en las fases más tempranas de las mismas. En todos ellos se han observado resultados positivos incluso "en uno o dos días".

Como resalta el psiquiatra, los efectos secundarios de esta técnica son "mucho más limpios" que los de los fármacos. "Cuando uno da una pastilla su contenido va al intestino y a la sangre. Esta va al cerebro, pero no sólo ahí, también va a los pulmones, al corazón o al hígado". Sin embargo con la EMT "se puede escoger, con un nivel de precisión bastante alto, qué parte del cerebro sabemos que está afectada por una dolencia concreta".

Mucho más barata

Aunque la depresión es la patología en la que más se enfoca, la estimulación magnética transcraneal es útil para tratar otros trastornos como los obsesivos compulsivos (TOC), migrañas, ictus, la enfermedad de Párkinson o adicciones tanto al tabaco como a opiáceos, cocaína o alcohol.

Aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y por la Agencia Europea del Medicamento, en EEUU se utiliza desde 2008 y hoy en día, según indica Camprodon, es una herramienta "totalmente integrada en el estándar de tratamiento de pacientes con depresión".

En España por el momento se utiliza sobre todo en clínicas privadas, aunque existe una veintena de hospitales públicos en comunidades como Andalucía, Cataluña o Valencia en los que se han realizado experiencias piloto para las que se han adquirido máquinas de estimulación magnética.

"La sanidad es compleja y la implementación puede ser complicada, pero la evidencia científica está ahí y eso es innegable", dice Camprodon, quien confía en que este procedimiento se vaya implantando en los próximos años y considera importante que los facultativos conozcan esta herramienta y reciban información.

Destaca además que en un sistema público de salud como el actual, en el que "lanzar fármacos es parte del día a día", la EMT, más allá de ser eficaz y segura, desde un punto de vista de costes y de economía de salud pública es "muchísimo más barata".

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