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Jueves 18/04/2024  

... y sabrás lo que vale un ovni

El pago a FCC no tiene vuelta atrás. Es el regalo envenenado que el PP recibirá tras su toma de posesión

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Durante los meses previos a las elecciones municipales, y a tenor de lo que venían vaticinando las encuestas desde un año atrás, siempre tuve una pregunta rondando en la cabeza desde la que intentar desentrañar -más allá de la coyuntura de la crisis y la nefasta gestión de Rodríguez Zapatero- el momento en el que se produjo la ruptura y el distanciamiento hacia el actual Gobierno municipal por parte de los votantes que dieron la mayoría absoluta al PSOE en 2007 y que ya tenían decidido desviar su voto en otra dirección. Porque al final nos quedamos con esa sensación de bronca permanente en la calle, con los cortes de luz, con las deudas a proveedores, con las huelgas en las concesionarias, con los proyectos estancados, pero siempre hay un momento que es el que inicia el cambio de tendencia, el que desvía el curso de la historia, el que da sentido a una nueva realidad. Nadie ha sabido responderme hasta esta semana. Entre otras cosas porque siempre que lo preguntaba me ponían de ejemplo los casos citados, que eran consecuencia, pero no origen, cuando a fin de cuentas lo primordial es tratar de no volver a repetir el mismo error desencadenante.

Y digo hasta esta semana porque este viernes, en una de las tertulias de Panorama, una de las participantes adivinó a exponer la clave: hubo un momento, apenas transcurrido el primer año del último mandato, en el que dejó de haber diálogo. De consultarlo y consensuarlo todo, se pasó a la nada, al esto es lo que hay. Esto no quiere decir que se haya gobernado de espaldas a la ciudadanía, al ordeno y mando, sino que desapareció cierta fluidez, un trato más abierto que fue muy bien recibido al principio y, a la postre, echado en falta, hasta el punto de dejar en un segundo plano cuatro años de gestión y resultados de un amplio equipo que no ha logrado una puntuación electoral acorde con la labor realizada.

No sé si desde el PP se han hecho la misma pregunta que yo, si antes de ponerse en marcha bajo la masiva encomendación ciudadana han tenido en cuenta los factores que han llevado al PSOE a perder la misma mayoría absoluta que ellos han logrado en las pasadas municipales, si además de tener muy claro cuál es el programa que quieren llevar a la práctica también quieren tener en cuenta otros contextos sociológicos coaligados a la acción de gobierno, pero por lo visto hasta ahora todo apunta a que ésa es su auténtica intención. El gesto de mano tendida se ha hecho palpable desde un primer momento, pero también el de la prudencia, tanto para no interferir en los últimos días del gobierno en funciones, como para interiorizar cuáles son las piezas del tablero de juego municipal que tienen que intentar poner en orden a partir del 11 de junio.

Entre esas piezas se encuentra, obviamente, la deuda municipal. La pasada semana ya hablábamos de la herencia socialista -que es también la pachequista y la del escaso año y medio de gobierno popular- y en el tiempo transcurrido desde entonces ya hemos tenido acceso a nuevos datos. Entre ellos, que la deuda viva -la deuda con los bancos- del Consistorio ascendió en 2010 a los 98 millones de euros, casi 16 millones más que en 2009. Pero también que frente a la providencia del TSJA para incorporar al presupuesto municipal de este año 20 millones de euros para afrontar la deuda con FCC, el Ayuntamiento no ha interpuesto recurso alguno, lo que obliga a la ejecución de la orden judicial en un plazo que expira el 18 de junio, en la primera semana de gobierno popular. La noticia no creo que haya cogido por sorpresa a la alcaldesa electa, que esta misma semana se ha reunido con ejecutivos de FCC para allanar el camino, pero tampoco la habrá recibido como el mejor regalo de bienvenida: el pago de unas obras finalizadas en 2003, encargadas por el entonces alcalde Pedro Pacheco para la remodelación del Circuito de Velocidad, y que dejaron para la posteridad su ambicioso y emblemático ovni. Más de uno pensará que al regalo de bienvenida sólo le falta el mensaje en la tarjeta de felicitación: “para que sepas lo que vale un ovni”.

Ocupad los partidos, no las plazas
Le preguntaban esta semana en una entrevista a Ramón Vargas-Machuca por el movimiento del 15-M. El catedrático gaditano expresaba sus afinidades, explicaba y compartía los motivos que han impulsado el movimiento ciudadano, pero culminaba con un llamamiento tan decisivo como necesario: “No ocupéis las plazas, ocupad los partidos”. Y cuanto antes lo hagan mejor, porque a medida que pasa el tiempo crece el riesgo a que se desvirtúe su causa.

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