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23 millones de euros en inversiones públicas y cero euros de rentabilidad

El Ayuntamiento ha gastado dinero a espuertas en proyectos que no es capaz de terminar y mucho menos, de rentabilizar.

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  • Auditorio del parque -
¿Se imaginan lo que se podría hacer a día de hoy con una cantidad que supera los 23 millones de euros y bajo el chaparrón que supone una crisis económica que no tiene demasiados visos de terminarse? Pues bien, esa es la cantidad que en los últimos años han invertido las diferentes administraciones en San Fernando en un total de nueve proyectos y que, por una causa u otra, hasta el momento han dejado una rentabilidad de cero euros en la ciudad.

Sólo hace falta coger una calculadora y ponerse a sumar cantidades: el Parque de la Historia y del Mar (alrededor de nueve millones de euros); polígono industrial de Fadricas II (4,7 millones de euros); las 32 naves del polígono industrial de Puente de Hierro (tres millones de euros); el proyecto del carril bici (1,2 millones de euros); el Centro de Interpretación del Parlamentarismo (890.000 euros); Parque del Cerro (700.000 euros); auditorio del Parque Almirante Laulhé (395.000 euros); segundo Punto Limpio en Retamarillo (350.000 euros); y la pirámide homenaje al Duque de Alburquerque (79.000 euros). El resultado final asciende a 20.310.000 euros, es decir, más de 3.800 millones de pesetas.

Algunos de estos proyectos están terminados, pero su puesta en valor o funcionamiento son prácticamente nulos. Otros no se sabe cuál será su futuro, a pesar de los millones que a mansalva se han invertido en ellos y, quizás, el caso más sangrante es el del Parque de la Historia y el Mar, que no se sabe cuándo abrirá sus puertas y de la manera en que se va a hacer para que sea lo menos lesiva posible para las arcas municipales.

Uno a uno
Quizás por ser el más relevante, desde el punto de vista económica, hay que empezar hablando precisamente del Parque de la Historia y el Mar. Una inversión de casi nueve millones de euros y un proyecto que lleva enquistado desde el año 2007. Los andalucistas, antes de las pasadas elecciones, intentaron sacar adelante su gestión a través de un modelo que no convenció ni a socialistas, ni a populares.

En ella, el Ayuntamiento se veía obligado a garantizar el equilibrio económico-financiero de la empresa que resultase adjudicataria, es decir, que las pérdidas que no fuesen achacables a la propia concesionaria tendrían que ser asumidas por las arcas municipales. Es más, se estimó en su día la necesidad de más de 180.000 visitas para que tuviese rentabilidad, algo poco probable si se tienen en cuenta los niveles de visita que actualmente tiene San Fernando en materia turística.

La intención es retomar el proyecto a partir del mes de septiembre, pero siempre y cuando su apertura no le vaya a costar dinero al Ayuntamiento. Una papeleta que, por el momento, parece harto complicada.

El segundo proyecto de mayor envergadura que sigue anclado es el de Fadricas II. El 16 de marzo de 2007 se puso la primera piedra para la urbanización de dicha superficie industrial que ocupa 171.346 metros cuadrados. Los trabajos fueron ejecutados por parte de la Constructora San José con una inversión que alcanzó los 4,7 millones de euros.

Sin embargo, y una vez ya terminada dicha urbanización, existe un problema mayor que impide que por el momento las naves hayan empezado a levantarse sobre el terreno: la construcción de una estación eléctrica que abastezca de potencia suficiente al futuro polígono industrial. Y mientras esto se consigue, hay 2.000 puestos de trabajo en el aire, o al menos esos eran los cálculos del PA cuando se puso la primera piedra.

En el tercer puesto de este peculiar ranking hay que hablar del polígono industrial de Puente de Hierro -o “minipolígono” como en su día lo bautizó el PSOE-. Un conjunto formado por 32 naves y que supuso un desembolso económico de alrededor de tres millones de euros. El resultado es un polígono casi fantasma en el que la actividad es mínima y se reduce a alguna que otra nave para acopio de material de empresas de construcción; otra de almacén municipal de electricidad; y una última en la que se suelen desarrollar las actividades formativas puesta en marcha por el Ayuntamiento con los fondos que llegan desde la Junta de Andalucía. En el resto lo único que se observa es la política del cerrojazo.

La mala comunicación que existe para llegar hasta dicho polígono, por un lado, y el precio de las naves, por el otro, son las principales causas que se esgrimen para justificar que puesta en valor no haya sido una realidad todavía a día de hoy.

La cuarta mayor inversión realizada en los últimos años ha sido la del carril-bici. Un proyecto que se incluyó dentro del Plan director de Transporte en el que se han gastado 1,2 millones de euros del Fondo Estatal de Inversión Local.

Más de 40 kilómetros de carril bici que rodean la ciudad de manera circular y que, a tenor del uso que tiene, se puede decir que no ha cumplido las expectativas que sobre él se habían generado. Es más, quizás sea más fácil ver a más ciclistas por el centro de la ciudad en la calle Real que en el propio carril-bici.

Además, no pocas han sido las voces discordantes sobre el diseño de su recorrido y, sobre todo, del material utilizado en su construcción: el slurry verde, que se levantaba o simplemente desaparecía a las pocas semanas de su instalación.

Parlamentarismo
En el 2010 vio la luz, con motivo del Bicentenario, el Centro de Interpretación del Parlamentarismo en una finca ubicada justo al lado del Real Teatro de Las Cortes. Era uno de los proyectos más ambiciosos de los recogidos dentro del plan de actuaciones del 2010 y, de hecho, su coste alcanzó los 890.000 euros.

La intención era que, a través del mismo y mediante diversos recursos, se diesen a conocer los acontecimientos históricos que a lo largo de 1810 y 1811 tuvieron lugar en la Isla de León. Un centro en el que poder empaparse del legado audiovisual e interactivo del Diez.

Sin embargo, y quizás por la poca promoción que de él se ha hecho, las visitas probablemente se puedan contar con los dedos de una mano. Es más, lo más probable es que el 90 por ciento de la población no sepa que existe en San Fernando un Centro de Interpretación del Parlamentarismo, cuando se presupone que fue concebido al objeto de convertirse en un elemento dinamizador del turismo en base al Bicentenario isleño. Sin quitar los problemas de personal para atender al público.

El sexto proyecto en importancia, si se atiende a la inversión económica realizada, es el Parque del Cerro. Unas instalaciones de recreo y ocio en las que se podría decir que se han enterrado casi 700.000 euros y su estado de conservación deja mucho que desear, tal y como ya denunció INFORMACIÓN este mismo mes de agosto a través de un amplio reportaje.

La falta de mantenimiento y las escasas medidas de seguridad lo han convertido en el blanco perfecto para los actos vandálicos, como lo demuestra la desaparición de las barbacoas, las cajas de electricidad o incluso la grifería.

El auditorio del Parque
Llegados a este punto, toca hablar del auditorio del Parque Almirante Laulhé. Una iniciativa que costó 395.000 euros y que, en teoría, este verano se iba a convertir en un punto neurálgico para la celebración de los eventos musicales de la ciudad. La época estival ha entrado en su recta final y ni un solo músico ha pasado por el escenario. Lo único que ha acogido ha sido la pasada Fiesta de la Primavera y el cierre de campaña electoral del PA.

Otro proyecto enquistado es el del segundo Punto Limpio en la zona conocida como Pago de Retamarillo. Las instalaciones están completamente finalizadas tras haberse desembolsado en las mismas 350.000 euros. Vive una situación de indefinición en el que poco se dice o se habla sobre cuáles son los motivos por los que, a día de hoy, permanece todavía cerrado.

El último proyecto, aunque este quizás ya a modo más anecdótico, es la pirámide de cristal de siete metros de altura o centro cultural dedicado al Duque de Alburquerque que se levantó la Ronda del Estero. Fue el proyecto más barato, ya que costó 79.000 euros, que se suponía que se iba a iluminar por las noches y se iba a convertir en un referente cultural con el Bicentenario como telón de fondo. Desde su inauguración ha permanecido a oscuras. Y por supuesto sin el sistema informático que administraría la luz y la publicidad instalado.

Y todo ello sin contar con que todo empezó por la compra por parte del Ayuntamiento de la Casa Lazaga, por unos tres millones de euros, que se cae a pedazos y cualquier día puede dar un disgusto a cualquiera. Con ese dinero son más de 23 millones los que se han gastado sin estudios previos de viabilidad o sin capacidad para gestionarlos.

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