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El mercadillo de los martes se viste de invierno

Otras en cambio mantienen sus prendas de verano

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  • El mercadillo. -
A pesar de que en las tiendas de los centros comerciales la ropa de la nueva temporada otoño-invierno se deja ver ya desde principios del mes de agosto e incluso desde finales de julio, los comerciantes ambulantes del mercadillo de los martes alargan mucho más sus temporadas, de manera que el verano para ellos se puede extender hasta prácticamente este mes de septiembre o incluso hasta que el tiempo lo permita. Para ellos es importante poder echar fuera toda la mercancía del verano fuera, en muchas ocasiones a precios ridículos e irrisorios para ellos que incluso provoca que no puedan ni siquiera cubrir costes, pero siempre es “mejor poder venderlo, al precio que sea, que tener que guardarlo”. Y es que, muchos no tienen dónde almacenar tanto producto y otros no saben si tendrán otra oportunidad de poderse quitar de encima dicha mercancía.

Pero con todo, y a cuentagotas, este mes de agosto ya se ve a los más atrevidos sacar ropa de invierno, y es que hay que ir preparando al cliente a la ropa de abrigo o los zapatos cerrados, a los colores oscuros en vez de a los claros y llamativos, e ir dejando de lado los bañadores, bikinis y bermudas para dar paso a los abrigos, sudaderas, camisas y camisetas de mangas largas y las botas o botines.

Y es que, este año se vuelven a llevar las botas de caña alta, en los colores clásicos, como marrón o negro, y los botines. Quizás este año vuelven a cambiar de forma y estilo, pero siempre con un tacón medio, y sobre todo de cordones. La moda se ha instalado ya en el mercadillo de los martes, y ya será en las próximas semanas cuando se puedan contemplar otros modelos y más variedad, según indican los propios comerciantes.

En algunos puestos en cambio sólo se ve ropa de verano. Las prendas como camisetas de manda corta o tiranta, los trajes tipo palabra de honor, las zapatillas para la playa o estar en casa o las sandalias o zapatos descubiertos son los protagonistas de aún muchos vendedores. Los carteles con los precios de risa invitan a los clientes a pararse y por lo menos echar un vistazo, y es que “siempre se puede guardar para el año próximo, porque hay prendas que no pasan de moda”, explica una clienta.

Los puestos que no cambian son los de los frutos secos y golosinas, las aceitunas o los de telas, porque son productos que apenas son volubles, excepto, en el caso de las telas, por las modas rompedoras de alguna que otra temporada.

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