Hay ocasiones en las que el arte toma una dimensión total con la que consigue llegar a ese aspecto estético capaz de invadir el terreno de las emociones...
Hay ocasiones en las que el arte toma una dimensión total con la que consigue llegar a ese aspecto estético capaz de invadir el terreno de las emociones. La música de Carnaval, a veces minoritaria, a veces poco entendida, a veces mal utilizada, puede rondar el terreno de lo sublime cuando la propuesta que se presenta es capaz de conjugar la palabra, la crítica, la imagen y el sentido. Pasado ya el ecuador de la XXVI edición del Concurso del Carnaval Colombino, llegó a las tablas del Gran Teatro un trabajo llamado a ser el Carnaval que ya es y el Carnaval que viene. Bollullos, una vez más, emocionó al respetable carnavalero onubense. Cuando el telón del Gran Teatro onubense se abrió cerca de la una de la noche del pasado miércoles, una extensa dimensión de color ocupó los sentidos de todos los presentes. Cuando ‘El Jardín de los Sentidos’ comenzó a recitar sus composiciones musicales, el arte se hizo completo gracias a la virtud musical de un grupo que, año a año, viven, sueñan y crean para que la música de Carnaval que se hace en la provincia de Huelva no se quede anquilosada y sepa adaptarse al tiempo de las fantasías carnavaleras. Sirva este editorial para agradecer, desde la redacción de Viva Huelva, a la comparsa de Bollullos porque, otro febrero más, ha hecho del Carnaval un ejemplo de obra de arte.