Desgraciadamente, las cifras del desempleo andaluz siguen ofreciendo malas noticias. Mientras en el mes de marzo el paro español cayó poco, aunque lo hizo, en Andalucía seguía aumentando. A pesar de que estos aumentos son cada vez menos intensos, no queda duda de lo desalentador de la noticia. Como es habitual, una vez conocidas las cifras, los partidos políticos y los sindicatos se pusieron manos a la obra y nos dieron sus “pseudo-explicaciones” sobre la realidad, su realidad, que trasciende de “su” lectura de los datos.
Lo más sorprendente, o quizás no lo es, es que estos comentarios y afirmaciones son dados sin el menor pudor. Me refiero a que en ningún caso los juicios emitidos son puestos en duda hasta que, al menos, los datos objetivos sean analizados. Por ejemplo, los sindicatos rápidamente achacan a las reformas laborales, en especial aquella de febrero de 2012, como la causa principal del aumento del desempleo en el último año. Concretamente, justifican el incremento del paro por el mayor uso que las empresas andaluzas están haciendo de los Expedientes de Regulación de Empleo (EREs), impulsado este mayor uso por la flexibilización sobre su aplicación que la reforma laboral permite.
Sin embargo, los datos dicen cosas muy diferentes. Quiero pensar que no han tenido la oportunidad de verlos. Si hubiera sido así, las afirmaciones emitidas tendrían un cariz muy diferente. A menos que los conozcan las cifras pero voluntariamente las obvien.
La reforma de 2012 permite aplicar EREs por parte de las empresas sin necesidad de ningún confirmación por parte de la Administración. Esto ha debido provocar un aumento del uso de los EREs por parte de las empresas respecto a los aplicados en años anteriores. Es de suponer, que al ser mayor la flexibilidad de su aplicación, las empresas haya hecho uso de este tipo de ajuste laboral.
Y esto es así para España. En 2012, los trabajadores afectados por EREs en extinción de contratos (despidos) fueron 75.664, un 11,3% más que en 2011. La cifra es importante, la mayor desde que se tiene registros. No obstante, este dato queda muy matizado cuando sabemos que en 2012 hubo 691.800 parados más, un 13,1% más que en 2011. Sin los trabajadores afectados por EREs, el crecimiento hubiera sido del 11,9%, aún muy elevado y esto suponiendo que estos trabajadores expedientados no hubieran sido despedidos por otras vías. Por lo tanto el efecto a través de este tipo de extinción de contratos es mínimo para el conjunto de España.
Usted podrá decirme que efectivamente ha habido un efecto, por poco que sea y que esto ya de por sí es importante. Tiene razón. Pero lo curioso es que en Andalucía no me podrá argumentar lo mismo. El número de trabajadores afectados por una extinción de contrato a través de un ERE en 2012 fue de 5.393, ¡un 17,1% menos que en 2011! Es decir, en Andalucía, durante el pasado año, el número de trabajadores que engrosaron las listas de desempleo por un ERE fue mucho menor que en 2011. Es más, desde marzo hasta diciembre, el número de expedientados fue de 4.669, inferior a los 5.865 que lo fueron entre marzo y diciembre de 2011. Los EREs por suspensión de contratos, otra modalidad, también fueron menos importantes en 2012 que en 2011, ya que el número de trabajadores andaluces con contratos suspendidos fue un 6,7% menor. Por el contrario, el desempleo creció en Andalucía en 2012 un 15,5%.
Sin duda alguna, la reforma laboral del 11 de Febrero de 2012 ha debido tener efectos en el desempleo. Sin embargo éstos deben ser mucho más sutiles o profundos que los expuestos por algunos políticos y sindicalistas. Lo único que queda claro con lo escrito en estas líneas es que los EREs NO son la razón principal para el aumento diferencial del desempleo en 2012 en Andalucía, sino que todo parece indicar lo contrario. Uno quisiera pensar que las razones principales son motivadas por una recesión que se ha intensificado en los últimos trimestres motivada principalmente por los recortes en el gasto público tanto en Andalucía como en España y en Europa.
Por último sirva estas líneas para motivar una reflexión sobre la facilidad verbal de algunos con responsabilidades políticas, laborales y /o sociales. Es necesario que aquellos que tienen el derecho, y la obligación, de discutir y criticar las acciones políticas que nos afectan, lo hagan con el pudor necesario que se deriva del sometimiento a la objetividad de los datos.