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Mercedes Citán, la mutación de la estrella

La estrella de Mercedes-Benz se da un barniz proletario con la furgoneta Citan, y no es que la marca alemana sea novata en esta transformación, pues bien que ondea en furgones y camiones, vehículos comerciales e industriales, ligados a la fuerza del trabajo.

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  • Mercedes Citan. -

La estrella de Mercedes-Benz se da un barniz proletario con la furgoneta Citan, y no es que la marca alemana sea novata en esta transformación, pues bien que ondea en furgones y camiones, vehículos comerciales e industriales, ligados a la fuerza del trabajo.
En el Citan hay un elemento distintivo, pues la estrella de su logotipo asume las formas de toda la gama de berlinas y eso es un apunte de que la marca alemana, siempre salvando las distancias, quiere aplicar en este modelo, elementos de su distinción como firma de alta gama o premium.
El Mercedes Citan, un producto derivado del acuerdo entre el Grupo Daimler y la alianza Renault-Nissan, tomando como punto de partida la furgoneta Renault Kangoo, no se olvida del mundo del trabajo y el modelo adopta otras formas de carrocería como la furgón y la mixta, junto a tres longitudes.
Pero el punto de mayor inflexión está en una auténtica versión de pasajeros, que es la Combi, sin disimulos en las formas externas, salvo algunas concesiones en trazos y figuras que son como guiños a un remoto sabor deportivo (la parrilla de tres láminas, por ejemplo), pero con abundantes sugerencias de berlina en el interior.
Para ir por partes; desde afuera se perciben sin excesivas miradas los puntos de conexión con el Kangoo, salvo ese frontal, donde Mercedes-Benz no ha querido el más mínimo equívoco con la estrella de la marca rotunda y visible. Otro cantar es lo que sigue hacia atrás.
De esa parte, el modelo oferta como opción las dos puertas correderas de acceso a la segunda fila de asientos, ya que, de serie, incluye, únicamente, la del lado derecho. El portón es propiedad de la versión Combi, pero en las más comerciales se oferta puerta de doble lámina o portón opcional.
El acceso al coche ya es una entrada más real en el mundo Mercedes-Benz, pero sin confundirse con el mundo de las berlinas. Hay una distinción superior a lo hasta ahora visto en furgonetas comerciales, incluso tomando como referencia el Renault Kangoo.
En su escala de coche comercial se apunta buenos tantos en la percepción de calidad y acabado de materiales, aunque abunden plásticos, pero hay un cuidado detalle en las formas, por ejemplo, de las salidas del aire acondicionado o de la textura de las tapicerías, así como en las dimensiones de banquetas y respaldos, que configuran una comodidad en la marcha, esta sí, propia de berlina.
El Mercedes Citan, pese a sus llamadas de atención como berlina, no oculta su vocación de vehículo de carga, con una capacidad de maletero apta para la ubicación de objetos grandes y alargados, gracias a su modularidad, y eso en la configuración de cinco plazas, a los que se añaden 77 litros extras diseminados por diferente huecos portaobjetos. El abatimiento de la segunda fila multiplica de forma exponencial las prestaciones de carga.
La amplitud del interior se ha tenido en cuenta, igualmente, para los ocupantes, pues se accede con suma naturalidad, y el espacio para expandir extremidades inferiores es sobrante, tanto en la fila del conductor, como en la segunda.
Dos son las opciones motrices de salida del Citan: la 108 CDI y la 109 CDI, con potencias de 75 y 90 CV, respectivamente, a las que se unirán otra diesel, más potente, la 111 CDI de 110 CV. En este ciclo se cuenta con la cilindrada única del litro y medio. La gasolina también tiene presencia, con la 112, y sus 114 unidades de potencia. Todas ellas son de origen Renault.
Para la prueba se ha asignado la 109 CDI, de 90 CV, justa en potencia para desarrollar el movimiento de una masa importante, a la que hay que agregar, por sus propios condicionantes, una rutina de carga al máximo. En condiciones, únicamente, de pasaje de personas, este versión Combi, con el citado motor, ha demostrado alegría y mucha decisión en las recuperaciones. En la parte baja del cuentavueltas, peca de alguna que otra rémora, pero solo un poco subido tiene fuerza para circular. Otra prueba de la fiabilidad del motor reside en la rapidez que demuestra para coger altas velocidades punta, además de no desentonar en el silencio de marcha.
El consumo ha defraudado. Los 4,3 litros homologados por el fabricante se antojan cortos. En prueba, sin muchas exigencias de carga, limitado al máximo el uso del aire acondicionado, en recorrido mayoritario por carretera y frecuencia de velocidades medias, sin pasarse del máximo legal, el ordenador de a bordo dio como prueba del algodón, 7 litros.
Las dos motorizaciones de salida se asocian a cajas manuales de cinco velocidades que, en el caso de la unidad probada, han quedado algo desfasadas. No es su punto fuerte, desde luego.
Coche, sin embargo, que demuestra solidez y fiabilidad máximas circulando. El fabricante ha aplicado una renovación total en suspensión, amortiguadores y estabilizadores, que se han traducido en una pisada firme y en la absorción de los movimientos de carrocería cuando hay que circular por trayectos de curvas. Es decir, ha superado con nota las dificultades estructurales, marcadas por un importante altura que tiende a descentrar el eje de gravedad. La faceta berlina vuelve a imponerse sobre otra consideración a su filosofía de coche comercial.
Mercedes-Benz es una marca siempre en vanguardia de la tecnología y la adscripción del Citan como vehículo comercial no es óbice para que mantenga su línea. El equipamiento de seguridad está cuidado al mínimo detalle con los principios que encierra el programa electrónica de estabilidad ADAPTATIVE ESP, capaz de combinar el sistema antibloqueo de frenos ABS, la distribución electrónica de la fuerza de frenado, la regulación del par de retención del motor, el control de sobreviraje y subviraje, el control de tracción y la regulación del frenado. El coche, en definitiva, transmite seguridad e impone una conducción tranquila.
A todo este esquema se une una dirección precisa, bien amoldada a los movimientos de volante, junto a unos frenos eficaces y resistentes al uso, en lo que tardan en aparecer signos de fatiga.
El precio es de Mercedes-Benz, pero esta vez mucho más comedido. La marca sabe en el terreno que juega y no puede permitirse ciertas exclusividades en esta liga que sí aplica en otras de mayor rango, porque puede y se lo aceptan. A su vez, se acompaña de un nutrido e inteligente equipamiento de serie.
En definitiva, como ya se ha apuntado al principio de la prueba, una interesante opción de coche multiusos, incluido ocio, para aquellas personas de vuelta de todo, y que miran como objetivo prioritario para su movilidad los aspectos prácticos, sin desdeñar comodidades básicas, lejos de otras consideraciones más propias del glamour y el posicionamiento social. El Mercedes Citan está en su punto de mira.
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