Rosa Benito ya ha firmado el divorcio de su marido Amador Mohedano. La colaboradora vestida totalmente de negro, con gafas de sol y acompañada por su abogado llegaba a los juzgados de Torrejón de Ardoz para ratificar su divorcio con el que pone fin a 35 años de matrimonio con Amador Mohedano, con el que tiene cuatro hijos en común y tres nietos.
La decisión ha sido tomada después de los últimas apariciones públicas de Marisa "la del chándal", la ex más reciente de su ahora exmarido. Marisa ha sido la gota que ha colmado el vaso de Rosa y que la ha llevado a tomar esta decisión. Un ratificación que no estaba segura ya que después de que Rosa ingiriese una caja de tranquilizantes y tuviese que ser ingresada, Amador estuvo a su lado de la madre de sus hijos.
Días antes de la celebración del puente de la Constitución, Amador visitó en su casa a Rosa. Para despistar a los medios que se encontraban en la puerta de la casa de Rosa, Amador aprovechó la salida de su hija Chayo para entrar a ver a la que por entonces era su esposa. A la salida utilizó también otra táctica para despistar a la prensa, primero sacó el coche un amigo suyo y luego salió el a pie. Mucho intereses por parte de ambos para que nadie se enterase de esa visita.
Rosa también ha querido dar todo su apoyo a Amador pero parece ser que las incursiones oportunistas de varias mujeres han hecho mella en su matrimonio. Marisa "la del chándal" aparecía en el plató de Sálvame para contar, sin pelos en la lengua, todas las intimidades de Amador: que si llamaba mala cantante a su hija, el primer beso en la playa e incluso la ropa interior que usaba. Un hecho que ha convertido el divorcio en la única salida posible.
Además de los problemas que tenían, Rosa ha tenido que hacer frente a las deudas que Amador había contraído con el pago de las hipotecas de sus inmuebles, como así contaba en Sálvame.
La situación económica del hermano de Rocío Jurado podría provocar que inclusive Rosa le tuviese que pasar una pensión a su exmarido. Algo que aún no ha confirmado Rosa. Lo que tampoco sabemos con total seguridad es si la colaboradora habrá tomado está decisión por sí misma o habrá sido presionada por sus compañeros de programa y resto de amigos.