El polémico Mel Gibson intenta redimirse en esta cinta en la que interpreta a un ex convicto, motero rebelde y padre fracasado, que tras varios años vuelve a ver a su hija adolescente, quien acude a él para que la proteja de un cartel de traficantes de droga que intentan asesinarla por un ajuste de cuentas.
Erin Moriarty y Diego Luna participan también en este proyecto del realizador francés Jean-François Richet que cuenta con un marcado aire de cine norteamericano.