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Desde la red

La pus de Gildoy

La nueva junta directiva tiene un trabajo descomunal y todavía no está muy claro hasta dónde llegan las heridas del anterior dueño… o sicario

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Bastaron unos paseos por las oficinas del Nuevo Colombino para empezar a echarse las manos a la cabeza. La icónica imagen del cerrajero abriendo la sala directiva que tan protegida tenía Comas no es más que un símil con la Caja de Pandora, aquella en la que los dioses griegos metieron todas las maldades del mundo.

La nueva junta directiva tiene un trabajo descomunal y todavía no está muy claro hasta dónde llegan las heridas del anterior dueño… o sicario, como queramos llamarlo. Porque a nadie le sorprende que el único objetivo de Comas ha sido la liquidación del club por inanición, quizás para profetizar sus propias palabras cuando aún estábamos en Segunda División. Así es el gozo de este hombre, que sin saber echarse a un lado ha querido tener el deshonor de ser quien entierre al Recreativo.

De momento, por lo que trasciende en prensa, tenemos que afrontar el pago de un IVA de 400.000 euros a finales de este mes, por un embargo que Hacienda cobró de los derechos de televisión. De nuevo una fecha límite con lo que supone: preparar un cardiograma, tirar de astucia y tener ese poquito de suerte. En cuanto a las primeras decisiones, una necesaria y esperada: la aberración del cargo de Fernando Iturbe. Por suerte ya ha sido cesado, pero este hombre tenía un sobresueldo que no encaja con la categoría actual del club, además de hacer de secretario técnico cuando en ese puesto también está Manolo Toledano. ¿Chapuzas? No, mala leche, sin dudas.

No envidio en absoluto a las personas que ahora tienen un puesto de consejero en el club. Es un marrón para cualquiera. Pero son vitales a día de hoy. De su labor altruista tendrán que sacar, como si de una chistera de mago se tratara: la cuantía total de la deuda, una reestructuración del organigrama del club, un acuerdo con Hacienda, otro con Seguridad Social y afrontar pagos. Todo como preparación para la futura venta. Además del día a día, como es lidiar con la inexistente comunicación y prensa del club, y evidentemente el apartado deportivo, que nos da un respiro tras el tres a cero contra el Murcia. La labor de estas personas es titánica y su única recompensa es ayudar al club de sus amores.

La nueva junta directiva tendrá que tomar decisiones que inevitablemente se harán públicas y no podemos caer en el error de juzgarlos continuamente. De hecho, creo que la responsabilidad como recreativista es ofrecerse a ayudar en lo posible. Y no hablo sólo de lo económico. Cualquiera que crea que tiene capacidades, que se ofrezca. La recompensa será la misma: luchar por tu club.

Es la hora de los valientes.

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