El Delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, ha anunciado que los narcotraficantes asentados en el Campo de Gibraltar irán cayendo uno a uno. Asegura que para conseguir este objetivo cuenta con los mejores, en este caso, la Guardia Civil y la Policía Nacional y se entiende que, también, con el Servicio de Vigilancia Aduanera. Y no va de farol ya que los hechos vienen dándole la razón. En las últimas fechas se están multiplicando las actuaciones contra el entramado criminal establecido en la zona. En concreto, se han incrementado nada menos que un 300% las incautaciones de cocaína y un 45% las de hachís. Sólo en los últimos meses se han registrado unas 295 detenciones. Un balance realmente contundente que da cuenta de la fulminante reacción que están realizando los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de Estado para dar respuesta al preocupante nivel de criminalidad al que se ha llegado en este enclave andaluz.
Y lo importante es que, a partir de ahora, se va a contar con más medios y recursos legales. Embarcaciones de intervención más veloces y adecuadas, nuevos efectivos y material avanzado así como cambios normativos que posibilitarán la prohibición del uso de las llamadas narcolanchas y su inmediata destrucción una vez incautadas. Es evidente que está habiendo la adecuada respuesta al desafío que habían planteado las bandas criminales que estaban dando señales de que se habían adueñado de la zona, con toda impunidad. Pues bien, se acabó la fiesta hasta el punto de que ya se ha detectado cómo determinados narcotraficantes pretenden trasladar su actividad a otras zonas como puede ser el litoral de Huelva.
Queda clara la determinación de nuestras autoridades para acabar con esta lacra que, además, está proyectando una pésima imagen de la comarca. Resulta penoso comprobar cómo medios informativos nacionales e internacionales se refieren a la bahía de Algeciras como el lugar escogido ahora por los narcos gallegos y colombianos. Incluso hablan de La Línea como “la Medellín” del Campo de Gibraltar. Es muy lamentable el nivel de degradación al que se ha llegado. Sólo se puede combatir este fenómeno con la ley en la mano y con todos los recursos necesarios y, lo más fundamental, con el máximo respaldo social y político que se corresponde a tan grave situación. Es por eso necesario recordar en este punto, para los más despistados, el compromiso adquirido en su día por la presidenta de la Junta, Susana Díaz, de apoyar al Gobierno de España en su esfuerzo para combatir este mal. Se trataba de dejar a un lado la lucha partidista y evitar resquicios a través de los cuales debilitar la lucha contra esta delincuencia organizada. El pulso al Estado, y, por tanto, a todos, sigue vigente. Se van ganando batallas pero hay que seguir siendo muy firmes para derrotarlos definitivamente.
