El que fue hasta el pasado 21 de diciembre presidente ejecutivo del BBVA, Francisco González, está bajo el foco de un escándalo de espionaje después de reconocer el ex jefe de seguridad de la entidad, Julio Corrochano, que ordenó a empresas del ahora encarcelado comisario José Manuel Villarejo espiar a miembros del gobierno de Zapatero y a empresarios, personalidades e incluso a miembros del consejo de administración del banco. Según publica elindependiente.com, el propio Francisco González habría tenido conocimiento de dichas escuchas, que se han prolongado durante más de una década hasta hace escasos meses. Los contratos por los que el BBVA encargó al cordobés Villarejo a los promotores de la operación que intentó destronar a González de la presidencia de la entidd han salido a la luz. En noviembre de 2004 la constructora Sacyr intentó hacerse con el control del BBVA, que, a modo de contraataque, contrató al controvertido comisario Villarejo, que, entre otras empresas, contaba con una agencia de detectives. Dicha agencia se dedicó a buscar asuntos comprometedores de empresarios y políticos que querían descabalgar a González. Los contratos demuestran que el BBVA ordenó hacer seguimientos a Luis del Rivero, presidente de la Sacyr; al empresario Juan Abelló, consejero del banco, y Miguel Sebastián, por entonces director de la Oficina Económica de Rodríguez Zapatero y posteriormente ministro de Industria.



El banco que entonces presidía Francisco González aceptó un pago de 360.000 euros (sin IVA), al que se sumaría otros 120.000 euros a modo de prima por logro. Lo cierto es que finalmente la operación para quitarle a González el control del BBVA fracasó. El propio Corrochano, a preguntas de elindependiente.com reconoció que se investigó a Miguel Sebastián (director de la Oficina Económica de Zapatero entre 2004 y 2006 y ministro de Industria, Turismo y Comercio entre 2008 y 2011): “Queríamos ver quién estaba detrás para defender el banco”.

El ex jefe de seguridad del BBVA dice ahora que, de haberlo sabido, “no hubiera contratado” los servicios de las empresas de Villarejo y se excusa en que cuando el policía ya jubilado se reincorporó al Cuerpo Nacional de Policía tras una excedencia de diez años (1983-1993) pensaba que el control de las empresas "lo había dejado en manos de su familia".

El BBVA y Villarejo llamaron 'Operación Trampa' a estas maniobras de seguimiento a Sacyr y el gabinete del gobierno del PSOE. Como afirma elconfidencial.com, las investigaciones se centraron en buscar trapos sucios de los 'espiados'. El plan del comisario pasó por difundir luego esas informaciones en medios de comunicación para desprestigiar la maniobra, subrayar su carácter político y provocar la retirada de apoyos clave. Este medio también asegura que Francisco González habría estado al corriente del encargo a Villarejo y del resultado de las investigaciones, que presuntamente fueron clave para lograr que el Banco de España no apoyara a Sacyr y que Del Rivero y el gobierno de Zapatero abandonaran finalmente la intención de entrar en el consejo de la entidad.