En portales de Internet puede leerse: “En Coripe tiene lugar la fiesta conocida como la Quema del Judas, declarada de Interés Turístico Nacional. Desde la parroquia de Nuestro Padre Jesús Nazareno procesiona el Cristo resucitado. Tras esta procesión se tirotea a un muñeco hecho de trapo y paja en el que se esconde un poco de gasolina, hasta que éste comience a arder. Este muñeco representa a un personaje conocido que durante ese año ha destacado por haber realizado alguna mala acción…”.
Queda claro el sentido de esta tradicional fiesta popular, que no suscitó alarma social cuando los judas tenían la efigie de Aznar, por la guerra de Iraq; Rato, por la quiebra de Bankia; Del Nido, por el caso minutas; Carcaño, por el asesinato de Marta….hasta que los independentistas catalanes han puesto el grito en el cielo porque el judas de este año ha sido el golpista y prófugo Carles Puigdemont, ex presidente de la Generalitat. Mientras los CDR organizaron pocos días antes en el mercado de Vic un puesto donde se lanzaban dardos a una imagen del Rey, y nadie se llamó a escándalo, el victimismo secesionista ha conseguido que el alcalde de Coripe, el socialista Antonio Pérez, pida perdón por la quema del judas-Puigdemont y se pronuncie a favor de un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Renegamos de nosotros mismos y encima asumimos sus tesis. ¿Cabe mayor triunfo del secesionismo?