El sector industrial andaluz se encuentra inmerso en un proceso de cambio debido a la aparición de la denominada Industria 4.0, es decir, la aparición de nuevas tecnologías que, aún siendo de carácter disruptivo en sus comienzos, están llamadas a transformar nuestro tejido industrial y, en general, nuestra manera de hacer negocios. No en vano, son muchos los que han bautizado esta transformación como la cuarta revolución industrial. En dicho sentido, y entre otras iniciativas, la Junta de Andalucía – a través de su Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades – lleva ya cierto tiempo trabajando dentro de sus competencias en el apoyo a las empresas para la implantación de tecnologías e impulso de proyectos relacionados con la Industria 4.0, en el afán de desarrollar y apoyar las oportunidades que esta industria pueda brindar al sector industrial de nuestra Comunidad.
Ejemplo de este tipo de iniciativas es el denominado Grupo de Trabajo Industria 4.0 creado en el año 2017 para debatir y analizar con las empresas privadas las oportunidades de desarrollo en el sector, así como identificar las posibles actuaciones a seguir. Una iniciativa pública-privada llamada a encontrar sinergias para la transformación digital de las empresas andaluzas. En el actual momento de encrucijada y transición tecnológicas que vivimos, se antoja pues imprescindible saber anticipar los retos y desafíos que la Industria 4.0 plantea para que las empresas andaluzas puedan ser competitivas a nivel nacional y a nivel global con una correcta adaptación al nuevo escenario tecnológico que se plantea. Conviene recordar que el sector industrial representa en Andalucía en torno al 12% del valor añadido de nuestra economía, dando empleo a aproximadamente al 8% de la población activa. La necesidad de una adecuada y rápida transformación digital de nuestra industria se hace incluso más acuciante ante el panorama sombrío e incierto que la actual pandemia del coronavirus ha puesto sobre la mesa, al menos a corto y medio plazo.
La Industria 4.0 representa una nueva revolución industrial
La llamada cuarta revolución industrial que representa la transición hacia los modelos que plantea la Industria 4.0 combina la aplicación de nuevas técnicas de producción con nuevas tecnologías inteligentes como la inteligencia artificial (IA), la robótica, la analítica,
cables de fibra óptica, la nanotecnología o el llamado Internet de las Cosas. Sin duda, las empresas que no sepan comprender el alcance de estos cambios y adaptarse a los mismos correrán el riesgo de verse afectadas por una significativa pérdida de cuotas de mercado en sus respectivos segmentos. A diferencia de la tradicional forma de acceder a los datos y a las comunicaciones de carácter lineal, esta nueva industria proporciona acceso a los datos de inteligencia en riguroso tiempo real, transformando así nuestra forma de hacer negocio con un alcance aún insospechado que afectará a nuestra sociedad en sí misma.
La gradual implantación de la industria 4.0 supondrá la potencial mejora del modelo operativo de las empresas, con el correspondiente aumentos de sus ingresos. Una importante transformación de los productos a consumir, de la cadena de suministro industrial y, en consecuencia, de nuestras propias expectativas como clientes. En dicho sentido, asistiremos a un proceso en el que incluso cambiaremos nuestra forma de interactuar con las propias empresas que nos suministran productos. Veremos también como aparecen en el mercado nuevos productos en los que elementos como la robótica, dispositivos portátiles o sensores permitirán una total conectividad con dichos productos. No exageran, por tanto, quienes califican a todo este proceso transformador como la nueva revolución industrial.
El posible impacto de la Industria 4.0 en Andalucía
En los próximos años – por no mencionar en las próximas décadas – la industria a nivel global comenzará a sentir los efectos de la Industria 4.0. Y Andalucía, por supuesto, no será una excepción. El considerable impacto que esta importante transición tecnológica traerá consigo será palpable a múltiples niveles. Empezando a nivel de las propias empresas y organizaciones, pero también a nivel de los empleados de estas empresas y, asimismo, de los propios clientes. Para empezar, la nueva revolución 4.0 afectará al mismo ‘ecosistema’ de las empresas, a los clientes, a los proveedores de bienes y servicios, a los posibles inversores, o al propio entorno jurídico y regulatorio de la industria. Será imprescindible para las empresas poder sacar conclusiones y aprovechar una tecnología que les dará acceso a datos en tiempo real, reduciendo de esta forma muchos riesgos hasta ahora existentes en cuanto a resultados y productividad. Por otra parte, los clientes podrán acceder a productos y servicios mucho más personalizados y que se adaptarán mejor a sus necesidades. Es cierto también que la Industria 4.0 supondrá eventualmente la desaparición de un buen número de los puestos de trabajo hasta ahora existentes. Pero, a su vez, este fenómeno hará surgir nuevas oporrunidades laborales y la creación de nuevos puestos relacionados con la electrónica, la robótica o la mecatrónica. Una ocasión única de reinventarnos formándonos en campos como el
Big Data o el Internet de las Cosas y aprovechar la extraordinaria demanda que se avecina para este tipo de perfiles profesionales.
Deberemos estar preparados para una formación de caracter continuo que nos permita cambiar de empleo con cierta frecuencia, siempre atentos a la demanda en el mercado laboral. En este escenario que se avecina, los expertos ya advierten de los posibles riesgos asociados a dicho nuevo contexto laboral. Riesgos como el miedo al cambio, a la precariedad en el empleo o incluso la posible aversión al permanente cambio y adaptación a nuevas tecnologías. Una adecuada prevención de estos factores de riesgo por parte de las empresas irá, qué duda cabe, en favor de las mismas y favorecerá la absorción y retención de los empleados mejor formados. Como el resto del mundo, Andalucía se asoma a la incógnita de la nueva revolución que la Industria 4.0 traerá en un futuro tan cercano ya que huele a presente. Como ocurre con cualquier revolución, nos costará cierto tiempo asimilar estos cambios. Pero es en el interés de las empresas y de todos nosotros en nuestra condición de empleados saber adaptarnos a tan desafiante y a la vez atractivo nuevo escenario.