Bajo el título de Momentos, la pintora Mónica de la Rosa expone en el salón cultural San Miguel de Arcos un compendio de cuadros que reflejan su corta, pero interesante trayectoria artística. De hecho, la muestra está clasificada claramente en tres etapas creativas que dan una idea de cómo ha evolucionado la arcense en su particular manera de entender la actividad artística. No obstante, antes de que llegara este primer encuentro en solitario con el público, De la Rosa ya había participado en el concurso Ciudad de Arcos o en citas como el concurso de pintura rápida de Ubrique, entre otras.
La muestra está compuesta por una treintena de obras donde destaca el color y la visión pictórica de quien fuera alumna del reconocido pintor Fructuoso Sañudo y más recientemente de David Saborido. Títulos sugerentes como
El camino del sueño, Cabeza de mujer, El apóstol, Retrato pétreo, Liebre, Paraje, Estambul, Las centinelas del bosque, Luz bajo el naranjo, La santa, Remendando redes, La espera, Pinceladas en la Arena o
La Virgen del olvido dan cuenta suficiente del mundo interior de esta artista, visiblemente motivada por el tercer mundo y por los paisajes que les son más cercanos, en su ciudad y fuera de ella. Además, homenaje a sus hijas y a su padre con sendas pinturas.
Quienes deseen conocer el mundo pictórico de Mónica de la Rosa pueden visitar su intimista colección hasta el 29 de mayo, con un amplio horario que comienza a las diez de la mañana y termina a las ocho de la tarde.
Antes, la exposición quedó inaugurada el pasado viernes por el delegado de Cultura, Domingo González, sumándose al agradable acto numerosos amigos, familiares y aficionados a la pintura en general. Precisamente el delegado de Cultura hizo una mención del padre de la artista, el desaparecido Julio de la Rosa, como la persona que más pudo influir en la creatividad artística de sus hijos.