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El Arcos C.F. regresa a un renovado terreno de juego

Las faenas de recuperación del césped han durado algo más de un mes. La fecha de reestreno coincide con la de la implantación del césped hace once años

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Este próximo domingo llega el día señalado para reestrenar el terreno de juego del estadio municipal Antonio Barbadillo.

Después de algo más de un mes de intenso trabajo y de múltiples faenas, de labores empezadas al alba y concluidas a la luz de los focos del coliseo arcense, de anhelos e incertidumbres, de dudas y de esperanzas, se podrá volver a jugar al fútbol en un tape-te de un intenso color verde y mullido. Por fin se podrá utilizar el campo de fútbol más emblemático de Arcos de la Frontera, el que ha albergado a lo largo de la reciente historia del club blanco los momentos más emocionantes y señalados de la entidad deportiva en sus últimos 11 años de existencia. La fecha de reinauguración de la nueva superficie va a coincidir con idéntica efeméride ocurrida hace ahora 11 años justos. Un 23 de octubre de 2005, tomaba carta de naturaleza por primera en vez en la historia del fútbol en Arcos de la Frontera el césped natural. Más que una demanda largamente solicitada era un sueño para los practicantes y seguidores del fútbol de Arcos, que pasaron del campo de tierra de la vetusta e inoperante vía del tren al nuevo estadio Antonio Barbadillo, también de duro albero amarillo, una fábrica inagotable de erosiones, magulladuras y rasponazos para los pobres jugadores que caían al pétreo suelo, que se lo pensaban a la hora de hacer un escorzo o alguna pirueta acrobática para no dar con sus huesos en la dura tierra. Había que frotarse los ojos y pellizcarse muy fuerte para darse de bruces con la realidad más evidente: Arcos de la Frontera ya podía contar ese 23 de octubre con un terreno de juego de césped tan bueno o mejor que muchos de los que tenían por aquellos años estadios de mayor fuste y solera que el recién reformado Antonio Barbadillo, cuyas obras fueron un auténtico tormento para un Arcos que, todavía jugando en terreno de albero, iba a conseguir ascender a Tercera División tras más de una década en el ostracismo y el anonimato.

En la tarde de aquel día, el Arcos recibía en su feudo nada más y nada menos que al Cádiz B, uno de los equipos más competitivos de la Tercera División y al que el conjunto que entonces entrenaba Ángel Oliva Beltrán derrotó por dos goles a uno, ambos logrados por Vicente Romero Alconchel –el segundo de ellos, el que otorgaba los tres puntos en disputa, conseguido en el minuto 92–, ese extremo zurdo de San José del Valle que maravilló a la afición arcense durante varias temporadas, encandilando a los seguidores blancos. El tanto visitante lo consiguió Mere, que posteriormente vestiría también la camiseta del Arcos. Aquella tarde, el Arcos jugó con este once inicial: René, Juanjo, José Manuel, Ahumada, Zurdo, Dorantes, Flores, Isaac, Zúñiga, Vicente y Santaella. Luego intervinieron también Olmedo, Genaro y Julio. Se quedaron fuera de la convocatoria algunas figuras del equipo como Dani Venegas, Víctor Vía, Pichi, Rubén Ferradas o Sergio Molina y completaban la plantilla Pablo González, Maxi Canavesio, Marchena, Dani Guerrero, Antony, Luis Domínguez y Enrique Sañudo.

Aquello aún es recordado entre los aficionados locales que cuentan con mejor cabeza. Ha llovido lo suyo y la memoria flaquea con el paso del tiempo. Ahora toca regresar al hogar. Al me-nos, la alfombra ya está lista y preparada para desplegar el mejor fútbol posible y el que no sepa jugar a la pelota en este tapiz debería dedicarse a otra cosa que no sea fútbol.

El trabajo llevado a cabo por el servicio municipal de Parques y Jardines, al que pertenece el groundsman o cuidador del césped Isaac Silva Medina, que aquel día señalado defendió la camiseta del Arcos los prime-ros 45 minutos de partido, ha sido impecable y digno del mejor greenkeeper que pueda existir. A todo ello acompaña para hacer más sonada la vuelta la trayectoria inmaculada de un Arcos que está firmando el mejor comienzo de su historia en el grupo X de Tercera División, líder invicto tras nueve jornadas apoteósicas en las que ha desplegado un fútbol apenas visto por estos lares, pero similar al que puso en práctica la plantilla mencionada anteriormente, pleno de garra y convicción, de entusiasmo y confianza, de esperanza e ilusión. Se espera una gran entrada, la mejor de la temporada. Ahora solo falta que el balón eche a rodar para que, de nuevo, el sueño de estar lo más arriba posible se materialice once años después con la clasificación para la promoción de ascenso a Segunda B. Pero para ello hay que seguir trabajando con humildad y apretando los dientes férreamente en cada jugada.
El estado del terreno de juego ya no será ninguna excusa.

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