“Somos conscientes del trabajo constante y sacrificado que realiza la protectora de animales ASOSA, ante la que me quito el sombrero”. De este modo, el alcalde de Arcos, Isidoro Gambín, se justifica por el momento ante la imposibilidad de que el Ayuntamiento ceda a la asociación terrenos públicos para la construcción de un complejo capaz de albergar y cuidar a animales abandonados.
Si bien la asociación viene reclamando este servicio desde hace meses -idea que le parece magnífica al propio alcalde-, por ahora no existen terrenos públicos que reúnan las condiciones legales, ya que estos deben estar retirados del centro urbano y de posibles industrias, y tener, en suma, una serie de características para cumplir con la legislación vigente.
Isidoro Gambín, en el transcurso de una reunión celebrada hace unos días, transmitió personalmente a la asociación cuál es la situación, sin que ello suponga que en el futuro no se encuentre el espacio idóneo para llevar a cabo el proyecto medioambiental. De hecho, el Ayuntamiento se encuentra negociando con un particular la cesión de terrenos para que a su vez sean cedidos a la protectora de animales.
Gambín asegura que el Gobierno pone sobre este asunto toda la voluntad posible.
Además, en el terreno personal el alcalde se ha mostrado muy sensible ante los casos de maltrato animal que viene denunciando semana tras semana ASOSA, para asegurar no entender el modus operandi de estos vecinos que no muestran escrúpulo y humanidad para maltratar, incluso asesinar, a un animal indefenso. “Es una cuestión de conciencia y educación. Hay personas malas que lo único que hacen son las barbaridades que cometen”. El alcalde espera que la sociedad en general, y los vecinos de Arcos en particular, tome conciencia del grave problema que supone el abandono y maltrato de los animales, fundamentalmente mascotas.