A estas horas ya debe andar haciendo las maletas rumbo, de nuevo, a Escocia, un país donde se valora mucho, tal vez más que en el nuestro, su singular manera de hacer y entender el arte. Es Pedro Durán, un conocido vecino de Arcos que desde hace años practica la modalidad de Land Art que él viene llamando ‘Piedras en equilibrio’. Este artista que inspira su trabajo en la naturaleza, descubrió casi por casualidad lo que con el tiempo se ha considerado como un arte. Un día, en la playa, decidió como el que no quiere la cosa unir una serie de piedras, una encima de otra pero con criterio, hasta crear formas increíbles que pueden rozar lo surrealista.
Como artista innovador, recientemente ha visitado Estados Unidos, donde ha sido recibido y tratado con los honores que merece la disciplina artística que representa y abandera. Allí ha participado en un concurso de Land Art en el que ha obtenido un primer y un segundo premio. La visita a Estados Unidos fue el premio que a su vez obtuvo el pasado año en el campeonato europeo de Land Art celebrado en Escocia que ha cumplido su quinta edición. En Escocia conoció a otros artistas que inspiran su creación en la naturaleza, en la meditación y en la contemplación, aunque Pedro Durán es uno de los pocos en la modalidad de piedras en equilibrio. El arcense considera que su más duro rival es él mismo, con el que asegura competir a la hora de marcarse un nuevo reto. No obstante, la experiencia ‘europea’ le ha reportado y le reportará el conocimiento de otros artistas vinculados a la naturaleza que, cómo él, buscan una proyección artística en este mundo.
Sin embargo, el Land Art es una forma de crear arte que se no se ha valorado lo suficiente, y es ahora cuando comienza a contar con sus primeros adeptos en el mundo. A ello ha contribuido de forma rotunda Pedro Durán, que estos días ha sido entrevistado por medios de comunicación nacionales e internacionales a propósito del carácter original de su obra. De hecho, se considera pionero de las piedras en equilibrio en el contexto nacional e incluso europeo, aunque, gracias a las redes sociales, se venía divulgando el trabajo de unos cuantos artistas del mundo que se pueden contar con los dedos de la mano.
Su trabajo, sin duda, requiere gran paciencia y un estado mental de relajación, pero sobre todo concentración en armonía con la naturaleza y sus sensaciones. Aunque la afición por el Land Art es aún casi una anécdota, Pedro lleva a gala que un sobrino suyo de cuatro años sienta especial interés por esta modalidad artística. El marco emocional que requiere esta modalidad artística convierte necesariamente a quienes la practican en personas sensibles y observadoras del mundo que nos rodea.
