Como era previsible, los establecimientos hoteleros de Cádiz no tuvieron fácil secundar el apagón de cinco minutos convocado por la patronal a nivel nacional a las 19.00 horas para protestar por el encarecimiento de la factura de la luz y del gas, porque muchos están cerrados a media tarde, pero la preocupación es generalizada ante una situación crítica que les obliga a apretarse el cinturón.
“Es que hay bares y restaurantes en los que el dinero que están pagando de la luz era el que se llevaban a casa. Han pasado de pagar 600 euros a pagar 1.400”, apuntaba Antonio de María, presidente de Horeca a Rocío Alfaro para VIVA CÁDIZ este lunes. Hoy, José Antonio Martínez, encargado del Mesón Cumbres Mayores elevaba las cifras hasta unos números mareantes. “Solo en agosto, la factura ascendió a 12.300 euros”, asegura, cuatro veces lo que desembolsa en un mes normal antes de que los costes se dispararan. En septiembre, tuvo que afrontar otro recibo de 8.000 euros. “Somos 22 trabajadores”, señala, y “la carne se ha incrementado en un 21%”. Hay que hacer malabarismos para afrontar nóminas y, sin elevar el precio en carta (lo hizo hace seis meses únicamente y de manera limitada), ofrecer la misma calidad al cliente. “Las de criaturitas que van a tener que cerrar”, remacha.
El Instituto de Fomento, Empleo y Formación (IFEF) abre mañana el plazo de solicitud de ayudas para las subvenciones del Plan Comercio Vivo 2022, con 4.000 euros a fondo perdido para el alquiler del local o suministros como la electricidad. Pero esta o la medida aprobada en el último Pleno municipal con 1,5 millones de euros de presupuesto, son paliativas.
Tanto De María como el alcalde, José María González, Kichi, coincidieron en que es preciso que el Gobierno modifique el sistema de cálculo de tarifas, la reclasificación y la puesta en marcha de un estatuto similar al del consumidor electrointensivo y la aprobación de bonos eléctricos.