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El riesgo de maltrato crece si la mujer tiene éxito

Las mujeres que aportan mayores ingresos al hogar tienen un riesgo más elevado de sufrir maltrato en el seno de la pareja, mientras que en el caso de los hombres, este riesgo de recibir agresiones por parte de su mujer se incrementa cuando está en paro.

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Las mujeres que aportan mayores ingresos al hogar tienen un riesgo más elevado de sufrir maltrato en el seno de la pareja, mientras que en el caso de los hombres, este riesgo de recibir agresiones por parte de su mujer se incrementa cuando está en paro.

Son algunas conclusiones del informe Matrimonios y parejas jóvenes. España 2009 de la Fundación SM, que analiza los proyectos familiares de las parejas jóvenes –de entre 16 y 39 años–, que cada vez se casan menos y cuando lo hacen con una edad más elevada, al igual que vivir en pareja, que se retrasa principalmente por dificultades de acceso a la vivienda.

El estudio, basado en 2.500 entrevistas –1.800 casadas y 700 que viven en pareja estable–, analiza el maltrato verbal y físico de las parejas, que indica es más frecuente en las menos estables.

El 17% de los entrevistados reconoce que su pareja les insulta en alguna ocasión cuando discuten y un 3,5% declara que su pareja le ha agredido físicamente.

Estos porcentajes son mayores en los matrimonios poco estables, ya que el 42% admite haber recibido insultos y el 13% haber sido objeto de una agresión.

Según el informe, el riesgo de maltrato contra los varones aumenta más de tres veces cuando está parado, porque esta situación devalúa la posición social del hombre en el seno de la pareja.

Respecto a la mujer, el hecho de aventajar a su cónyuge en ingresos comporta mayor riesgo de sufrir maltrato, como reacción de algunos varones a la pérdida de estatus y control en el seno de su pareja, concluyen los autores de este análisis.

Uno de los motivos que generan conflictos en las parejas es la distribución de tareas, que las mujeres siguen asumiendo en la mayor parte, aunque mejoran esta posición cuando trabajan.

En uno de cada cinco parejas jóvenes el reparto de las tareas domésticas es equitativo y en mismo porcentaje encuestados declara mantener discusiones por este asunto.

Más de las mitad de las mujeres consideran que las obligaciones domésticas impiden “mucho o bastante” a las mujeres que trabajan fuera de casa progresar profesionalmente.

Tras el nacimiento de los hijos, el 37% de las mujeres ha interrumpido su trabajo un año o más y un 15% ha dejado de trabajar definitivamente.

Ocho de cada diez parejas jóvenes mantienen relaciones cercanas con sus familias y el 41% de los entrevistados declara que contó con el apoyo económico de padres o suegros.

Preguntados por la convivencia ideal en pareja, el 45% se inclina por el matrimonio precedido por la cohabitación, el 32% prefiere alguna opción diferente al matrimonio y un 19% adicional se inclina por el matrimonio civil.

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