La Hermandad del Rocío de Cádiz ha puesto a rumbo esta mañana a Almonte tras una intensa y emotiva mañana en la que cientos de gaditanos han arropado a la comitiva en su discurrir por la avenida principal, cortada al completo al tráfico, para ser recibidos por el alcalde, Bruno García, y la miembros de la Corporación, visitar a la Patrona y también al Regidor Perpetuo.
Los romeros han exhibido con orgullo un año más el simpecado, que cumple este año 17 años desde que fue diseñado por Manuel García Perales, prioste, justo después de que la hermandad celebrara sus bodas de plata.
García Perales recuerda que el diseño es similar al primitivo, porque así lo decidió el cabildo de hermanos, pero “es más grande en medidas y, a diferencia del anterior, con la imagen plana, esta es de bulto, con peana”.
La imagen, tallada en madera, “se viste y sus vestiduras se cambian al menos cuatro veces en el año, los día de La Inmaculada y Candelaria, el 12 de octubre y para la romería”.
En el simpecado, remarca, destaca el tisú de oro azul. “Representa el mar que rodea Cádiz, sobre todo en esos días buenos en los que se refleja el sol en el agua”, agrega, y detalla que “los bordados son de estilo renacimiento y la imagen lleva a sus pies el escudo catedralicio y el de la ciudad”.
García Perales se felicita, además, por la devoción de los gaditanos, “que le rezan en la pequeña capillita en las plantas de la iglesia y le traen muchísimos regalos”. De hecho, la ráfaga, la corona, el cetro, el rostrillo fueron posibles gracias a las alhajas regaladas y fundidas por los fieles.
El simpecado llegará hasta Almonte en una carreta engalanada hasta con once clases de flores distintas. “Un auténtico disparate”, exclama.