Un joven, hace apenas cinco días, se ahogó al intentar alcanzar a nado su embarcación fondeada en aguas gaditanas. Ocurre que el Servicio Marítimo de la Guardia Civil en Cádiz, tal y como denuncia la Asociación Unificada de Guardias Civiles, AUGC, no acudió a la zona, “a pesar de que tiene la obligación de acudir y participar en las labores de búsqueda del cuerpo”. Pero la pregunta es por qué no acudió, qué razones hay detrás de esa ausencia “ante este trágico hecho”.
La respuesta, según la citada AUGC en Cádiz, posiblemente sea “un exceso de horas de la tripulación”… pero “¿es más importante la prestación de un servicio de rescate o que los guardias civiles se excedan en sus horas de servicio”. Evidentemente, lo primero es lo más importante, pero “la causa puede venir por una nefasta gestión de los recursos materiales y humanos por parte del actual responsable del Servicio Marítimo en Cádiz”, pues, denuncia la AUCG, “se está dedicando, con sus modificaciones, a mermar la eficacia” de este importante grupo de la Guardia Civil.
Desde la AUGC de Cádiz temen que “recortar caprichosamente las horas continuadas del servicio de patrulleras, que han pasado de 24 horas a 8 ó 12 horas deriva en una merma del servicio… afectando tanto a la lucha contra el narcotráfico como al control, seguridad y auxilio de la navegación costera” en la costa de Cádiz.
No hay que olvidar que las patrulleras del Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Cádiz, con base en Puntales (dos patrulleras y cinco embarcaciones semirrígidas), han de cubrir una zona de vigilancia y control que se extiende desde la desembocadura del río Guadalquivir hasta Zahara de los Atunes. Una exageración ya de por sí, pero si encima se acortan las horas de servicio a ocho horas como ocurre desde agosto, la situación es casi ridícula, pues ir desde Puntales hasta Atlanterra, ya son unas tres horas de navegación, sin contar la vuelta. Es decir, “con las actuales medidas dejan un estrecho margen de dos horas de vigilancia y control”.
Lo más importante es que “se están limitando muchos servicios exclusivamente a la Bahía de Cádiz, por no tener tiempo material de desplazarse a otros puntos más alejados, lo que está suponiendo el abandono del resto de la costa”, algo que aprovechan y bien “los que pretenden usar nuestras aguas para delinquir”. Además, “lo peor de todo es que la posibilidad del desastre de la patera de Rota, vuelve a planear sobre nuestras aguas”.