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Cádiz

Teófila Martínez: “No podemos tener un 37 % de fracaso escolar, eso nos lleva a la marginación”

María Teófila Martínez nació en Santander el 5 de enero de 1948. Además de política es arquitecta técnica de profesión. Pertenece al Partido Popular, en el que ingresó en 1977. Actualmente es alcaldesa de Cádiz y diputada del Congreso por la provincia de Cádiz

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  • La alcaldesa de Cádiz -

Teófila Martínez Saiz es alcaldesa de Cádiz desde el año 1995. Ha sido diputada al Congreso de los Diputados desde 1989 salvo en el período 2000-2008 en el que fue parlamentaria andaluza y senadora (2000-2004) por la comunidad autónoma de Andalucía. Presidió el PP de Andalucía desde 1999 hasta 2004.  A principios de año 2013 Teófila Martínez presenta la propuesta de impulsar la creación de la Plataforma Logística del Sur de Europa en la provincia de Cádiz, situada entre tres continentes (Europa, África y América) y ubicada en un eje de comunicación estratégico como es el Estrecho de Gibraltar. Esta propuesta cuenta con el apoyo del Gobierno de la nación, materializado con la presentación en la ciudad de Cádiz en noviembre de 2013 de la estrategia logística nacional.

—La primera cuestión hace referencia a su cumpleaños, el próximo 5 de enero, que coincide con los Reyes Magos, es decir, ¿un regalo menos? 
—(Risas)Lo tenía complicado porque Teófila para los santos nada, unas veces porque era Teófilo, otras Teófila, otras porque mi abuela lo celebraba el día de los Santos Inocentes, total que eso pasaba desapercibido. Y en mi casa que no somos mucho de cumpleaños y de regalo, mi familia siempre ha sido muy austera en eso, conmigo cumplían anualmente porque nací la noche de Reyes Magos, con lo que siempre he tenido el regalo de Reyes y el de mi cumpleaños todo junto. Siempre me han regalado cosas que se llevaban en cada momento, de pequeña juguetes y luego siempre cosas prácticas, cosas que necesitábamos… como siempre, como ha sido toda la vida.

—¿Cuándo y por qué decidió adentrarse en el mundo de la política?
—La verdad, como ya he comentado en otras ocasiones, por edad y por el momento en el que estuve en la Universidad en Madrid de Arquitectos Técnicos, antes aparejadores, pues viví el Mayo del 68 y también he vivido trabajando y ya casada momentos muy importantes de la vida política de España. Y en las primeras elecciones democráticas pues ya sentí la necesidad de participar como interventora, porque pensaba que era una buena forma de participar en la democracia y en favor de la transparencia de las elecciones. Luego, en las campañas de las elecciones tanto generales como municipales de 1.979, por motivos laborales de mi marido, de mi familia, las viví en parte fuera, y fue allí, en Venezuela, viendo las cosas de mi país desde fuera, lo que da otra visión, más crítica y más analítica desde la distancia, y también viendo cómo se desarrollaba la democracia en otros países, pensé en cómo podía yo colaborar en el inicio de la vida política en democracia en España, tras cuarenta años de dictadura. Pues pensé que a la vuelta a España iba a participar en política aunque fuera pegando sellos, colocando carteles o haciendo pancartas, pero siempre de una manera activa. Así empecé, primero de interventora y luego ya pensando ya que podía dedicar parte de mi tiempo a la política siendo activa desde la militancia pura y dura. Luego todo fue rodando y aquí estoy…

—Su vida profesional como arquitecta técnica… ¿la dejó a un lado?
—Bueno no, he trabajado en ella y sobre todo después siempre me ha servido mucho porque tanto en el aspecto de formación como después en el trabajo, es una profesión que para las mujeres, que entonces éramos muy pocas en las clases, éramos tres chicas y doscientos chicos, te ayuda a aprender autodisciplina, aprendes a aplicar la lógica… creo que me ha servido mucho en la vida haber tenido una formación de esas características. Además para mi persona ha sido muy importante a la hora de configurarme como ser humano. Me he hecho vencer la timidez que aunque ahora a la gente no se lo parezca, yo era muy tímida. Una de las cosas por las que elegí una carrera técnica fue para vencer la timidez. Me ha costado mucho pero con el tiempo lo he conseguido, aunque eso marca porque una persona tímida es tímida siempre, pero la vida te va enseñando y va haciendo que rompas barreras. Ahora a la gente le parece mentira, a mis compañeros de estudios les sorprenden, no me conocen así, aunque siempre he sido peleona, pero no me reconocen tan activa, que parece que no tengo ningún límite impuesto por la timidez. Pero sí, a veces se pasa mal porque una es tímida hasta que se muere.

—Uno de los piropos que más le suelen echar hace referencia a su capacidad de trabajo…
—Eso también forma parte del ambiente familiar en el que te crías. Mi padre era un trabajador de Renfe y mi madre era ama de casa que de forma esporádica también era autónoma y llevaba pequeños negocios. Ambos eran muy trabajadores y siempre nos enseñaron que en la vida había que estudiar, había que formarse, había que trabajar duramente en casa y fuera de casa. Eso te marca de alguna manera. Yo he trabajado en todo y todo lo que he podido. Incluso cuando terminé la carrera había compañeros que me decían que por qué hacía este tipo de trabajo que tiene poco que ver con estar en la obra, pero yo les decía que necesitaba trabajar e iba a trabajar allá donde encuentre un trabajo, y es que como todo el mundo se puede imaginar cuando terminé la carrera para una mujer era muy difícil trabajar en una obra, aunque eso a mí no me importó nunca y trabajé en todo aquello que pude.  

—Llega el año 1.995, gana las elecciones municipales en Cádiz y accede a la Alcaldía. En los años 2.003 y 2.007 vuelve a ganar siendo la alcaldesa con mayor porcentaje de votos en cuanto a capitales de provincia de España. En 2.011 gana de nuevo con mayoría absoluta. Imaginamos que cuando usted se marche su partido la echará mucho de menos aunque no tanto los partidos de la oposición…
—A mí estas cosas no me preocupan, ni ocupan parte de mi tiempo. Soy una persona que vive el día a día, procuro disfrutar cada minuto tanto en el trabajo, como en mis relaciones humanas, como en mi casa y con mi familia. Procuro disfrutar cada minuto trabajando o fuera del trabajo, yo disfruto de todo lo que puedo, incluso de una mosca que vuela. Lo demás me preocupa relativamente, no me preocupa nada. Además soy una persona que no se apega al despacho, nunca he tenido cosas de mi familia o recuerdos o fotos en mis despachos, ya sea en el Senado, en el Parlamento Andaluz… nunca he tenido esa foto familiar que parece que el despacho es tuyo. Para mí los despachos en política nunca los he sentido como míos, es algo circunstancial, por lo tanto nunca he estado apegada a ellos. Hago lo que creo. Si estoy es por convicción porque esto es algo voluntario. Nunca me plantea ningún problema. Esas cuestiones de futuro en todo caso es un problema de los demás, no me he planteado nunca que pensarán o que no pensarán. Yo sé lo que tengo que hacer y lo que debo hacer, y a eso dedico todo mi tiempo. 

—La pregunta ahora es si se presentará en 2.015…
—La verdad es que aquellos que me siguen desde hace tiempo lo saben y son cosas que no salen en los titulares. Yo nunca hago planes, ni en la política, ni en la salud, ni en nada. ¿Por qué? Porque no dependen de uno. Uno puede querer tener una amistad para toda la vida pero si la otra persona no lo desea, no hay nada que hacer, se acabó la amistad. No depende de uno. En la salud igual, uno puede hacer planes para ir a correr un maratón pero un día te tuerces un pie y ya no lo corres. En política igual, uno puede pensar en que es el mejor del mundo y que se merece estar en mayores puestos de responsabilidad, pero no depende de uno. Hay que trabajar mucho porque aquí, en política, se está de forma voluntaria, y si uno cree en lo que hace hay que trabajar mucho, en las duras y en las maduras. Luego depende de si tu partido confía en ti y quiere que vayas en unas listas como concejal, porque uno va en las listas como concejal, no como alcaldesa, luego te elige la Corporación Municipal, y también depende de que los ciudadanos te voten. Por lo tanto, no depende de uno, así que lo que se puede hacer es trabajar para conseguir lo que uno quiere. Que a veces se logra y otras no. Pero por lo menos intentarlo. Eso es algo que tengo muy claro desde pequeña porque en mi casa fue lo que me inculcaron, el valor del trabajo, de la lealtad, del compromiso, de las cosas bien hechas, aunque no tengas un reconocimiento en la vida, pero bueno, una se queda muy tranquila sabiendo que has hecho todo lo que has podido.

—Esos valores que ha mencionado, el valor del trabajo, de la lealtad, del compromiso, del esfuerzo, ¿tiene la sensación de que se están perdiendo?
—Yo no lo sé porque no puedo hablar por los demás. Porque si hablamos con cada uno de los ciudadanos, cada cual te lo explicará a su manera. Lo que sí creo es que todo el mundo quiere trabajar porque el trabajo dignifica a las personas, aunque yo soy de las que piensan que es la persona la que dignifica el trabajo. Uno por muy buen trabajo que tenga, si es una persona indigna, no lo dignifica el trabajo que está haciendo. Y al contrario, si una persona lleva a cabo un trabajo que para algunos es un trabajo menor o un trabajo servil o poco remunerado económicamente o poco reconocido por la sociedad, pero si lo hace bien, y con su personalidad y sus conocimientos lo hace a satisfacción de los demás, esa persona dignifica el trabajo que está haciendo. Por lo tanto, a mí así me lo han inculcado y desde luego me ha servido para no cansarme por trabajar, a que no me cueste levantarme por las mañanas, me ha servido para no tener envidia de los demás con el mismo trabajo, nunca. Para mí es algo muy bueno, pero lo mismo hay gente que no trabaja y le va muy bien en la vida, con lo cual me alegro, pero esas cosas no suelen darse. 

—Nos gustaría saber cuál ha sido su mejor momento y cuál ha sido su peor momento en política…
—¡Uf!, es algo muy difícil. Es muy difícil porque yo cada día tengo muy buenos momentos en política, desde una persona a la que se le ha solucionado su problema con la vivienda y le ves la cara de alegría, para mí es un gran momento. O que haya peleado durante meses por conseguir la financiación para un proyecto y lo logre, como ha ocurrido hace unos días para construir ciento y pico de viviendas de protección oficial en los terrenos de la antigua Comandancia de la Guardia Civil, con espacios comunes, una nueva calle, puestos de trabajo para una obra de 18 millones de euros de inversión, es decir la obra más importante en cuanto a volumen de inversión de Procasa en los últimos años… para mí todo esos son momentos buenos. Una sonrisa de un niño… todo son momentos buenos… ¿momentos malos? También han sido muchos pero mejor no acordarse de ellos… ¿para qué?.

—Desde 1.995 hasta hoy, la ciudad de Cádiz ha cambiado y mucho, eso es algo evidente, pero ¿qué cambios destacaría?
—Primero darles las gracias a los gaditanos por darme la oportunidad de hacer realidad proyectos que encadenados han dado el resultado que hoy tenemos, que podía haber sido mejor, pero también mucho peor. Y haber podido encadenado proyectos como la rehabilitación del casco histórico que nunca se había hecho y que ha dado sus frutos, aunque en los últimos cuatro años se ha parado un poco a causa de que la iniciativa privada y pública se ha estancado porque han tenido menos recursos económicos destinados a la rehabilitación. Haber podido transformar la ciudad, haber podido transformar el urbanismo de la ciudad. La urbanización de las calles, de las plazas, de los jardines, pero todo enlazado. Haber hecho posible ese soterramiento que ahora los jóvenes de 23 o 24 años piensan que siempre estuvo siempre así, que claro no se acuerdan cómo era la Avenida Valencia, Guillén Moreno o cómo era la Pasarela. Todo eso que parece que siempre fue así hubo que hacerlo, hubo que conseguir el dinero, hubo que conseguir que Fomento dijera que sí. Estoy encantada de que ahora parezca que la ciudad no se concibe sin la Avenida Juan Carlos I. El haber conseguido el segundo puente, que está muy avanzado y que podría estar terminado, pero bueno, no hemos cejado en el empeño. Tener la alta velocidad, tener una estación nueva, haber rehabilitado todos los espacios patrimoniales que para el Doce han lucido y nos han ayudado a ser una ciudad con mucho atractivo desde el punto de vista histórico, con mucha programación cultural que atrae mucho a los visitantes, además de hacernos a nosotros una sociedad más culta, que disfruta más de esos tres mil años de historia. Todo esto se ha ido enlazando, y nos queda mucho por hacer porque todo no se puede hacer al mismo tiempo, aunque hubiera dinero para ello. Hablo de la ampliación del muelle de la ciudad, la conclusión del segundo puente, lo que va a ser Puerta América en un futuro, el muelle de Reina Sofía, la construcción del puerto y todos los contenedores y los camiones pasen a esa zona, la construcción de esa nueva avenida que cruzará desde las avenidas de Huelva, Juan Carlos I, la Segunda Aguada, hasta Santa María del Mar, que hará que la ciudad funcione desde el punto de vista del transporte público y privado de una manera distinta, más sostenible, que extramuros esté más cerca del casco histórico y viceversa. El haber conseguido que sea una ciudad limpia, respetada, que los ciudadanos colaboren mucho con la limpieza… todo esto se ha ido llevando a cabo poco a poco pero sin pausa, de una manera constante. Creo que esto ha servido para generar puestos de trabajo y para mejorar la imagen de la ciudad. Ahora tenemos que transformar el recinto exterior de Zona Franca, que siempre ha sido nuestro polígono industrial, pero se quedó antiguo cuando los astilleros dejaron de necesitar las grandes naves. Todo eso es lo que nos tiene ahora muy concentrados, al igual que la actuación en la Plaza Sevilla, que para mí es una de las más importantes. Siempre he dicho que los antiguos terrenos de los astilleros y la Plaza Sevilla son dos piezas vitales en la transformación de la ciudad.

—Otro de los hitos que nos gustaría mencionar fueron los actos de conmemoración del Bicentenario de las Cortes… ¿quedó satisfecha con el resultado final?
—Sí, la verdad es que ha sido muy importante porque nos ha colado en un mundo en el que históricamente hemos pertenecido y en el que nos sentimos muy cómodos como es Iberoamérica y Europa. El volver a tomar importancia la imagen de Cádiz como ciudad de encuentro, como capital de la cultura, como sede de la Cumbre de Jefes de Estado, ha sido muy importante para la ciudad. Nos ha permitido también apostar por convertir esta provincia en la Plataforma Logística del Sur de Europa. Los gaditanos deben saber que lo que fue Cádiz hace doscientos años, que era el lugar de Europa por donde salían todas las mercancías hacia América, y también por donde entraban, lo es ahora los puertos de Rótterdam y Ámsterdam, en el norte de Europa, algo que no tiene ningún sentido. Nosotros tenemos que luchar, tenemos que pelear por conseguir que una parte de ese comercio vuelva a entrar por la provincia, lo que generará empleo y riqueza, y en esa pelea estamos ahora, que es muy importante. Eso ha sido como consecuencia de esta nueva relación que hemos establecido con ciudades de América, y que ellos mismos nos llamaban la atención. Como alcaldesa, como gaditana, como diputada, estoy peleando por ello junto a los alcaldes de Algeciras, de Jerez, junto con el presidente de la Diputación y con el Gobierno de la Nación, que precisamente en el mapa de la logística española ya nos han colocado, y precisamente han venido a presentarlo a Cádiz. Demostrando así que el año 13 ha sido un año duro pero que el equipo de Gobierno, esta alcaldesa, los gaditanos, hemos estado trabajando muy duro por nuestro futuro, tratando de solventar las barreras que nos ponían sobre todo económicas. Al final los astilleros tendrán un gasero que les dará trabajo para varios años, al final las Aletas saldrá adelante, al final vamos a tener un segundo puente, al final vamos a tener la alta velocidad, al final vamos a ampliar el muelle de la ciudad con una inversión importante por parte de la Unión Europea que espero que se desbloquee en el mes de enero de forma definitivamente. Todo esto lo hemos trabajado en los momentos duro del 13, que entiendo que a quienes no tienen trabajo no les ha servido para encontrarlo, pero espero que sí sirva para que lo encuentren en 2014.

—El año 2013 ha sido un año duro, como bien comenta, e imaginamos que el desempleo es una de las mayores preocupaciones… ¿Cómo se puede luchar contra esa lacra?
—Creo que el desempleo en Cádiz no es una maldición porque en 2004 solo había 75.000 desempleados en la provincia y ahora estamos en 200.000. Algo ha pasado y debemos reflexionar sobre ello. Porque debemos pensar cómo es posible que en una provincia en la que tenemos dos puertos, el de Algeciras es uno de los más importantes de Europa, tenemos ferrocarril, con ciudades como Jerez, con una industria agroalimentaria importantísima, con una petroquímica de las más importantes de España junto a la de Tarragona, con una capacidad exportadora de primera, con producción de energía eléctrica capaz de suministrar un tercio de la energía eléctrica que se consume en Andalucía, con agua suficiente, algo importante para la instalación de empresas, con un Off-Shore como el de Dragados que no lo hay en Europa, con una gran industria aeronáutica y también naval con los astilleros, con una industria turística de primera, con un comercio de primera, con una ubicación geográfica espectacular, entre África y Europa… entonces, cómo es posible este dato de desempleo. Lo que tenemos que hacer es procurar desde todas las administraciones y desde una forma inteligente preparar a nuestros parados para una industria logística y para que los trabajos que se generan en la industria, en el comercio y en el turismo sean ocupados por los gaditanos. Para eso hay que invertir en formación. Si no se está formado, por mucho trabajo que se genere, el acceso es difícil. Hay que competir. La formación es vital. En eso hay que esforzarse muchísimo, tenemos que convencer a los jóvenes que no deben abandonar los estudios, no podemos tener un 37 por ciento de fracaso escolar en Andalucía y en la provincia porque eso no nos lleva más que a la marginación. Hay que formarse mientras llega el trabajo.

—¿Qué relación mantiene este Ayuntamiento con la Junta de Andalucía? ¿Hay lealtad institucional?
—- Pues no le puedo decir. En los últimos dos años tenemos una relación de perfil plano. Y es que con la disculpa de que hay un plan de ajuste, pues nos dicen que no hay dinero para las políticas sociales, las cuales las financiamos desde los ayuntamientos, que en el caso de Cádiz hablamos de 14 millones de euros de los cuales nos envían apenas un millón de euros. En el tema de las plazas para mayores, no hay dinero para concertar, pues nada. En el tema de la vivienda, ahí está Matadero que después de dos años hemos podido entregar la primera fase pero ahí está la segunda fase que todavía no ha empezado. Y la Ciudad de la Justicia ni merece la pena discutirlo, igual que el nuevo hospital o la Residencia de Tiempo Libre… por lo tanto, creo que la relación no es ni buena, ni malo, y yo no puedo perder el tiempo como alcaldesa porque tengo que dedicarme a hacer en la ciudad de Cádiz lo que puedo hacer por medios propios y con lo que consigo, que no es poco, del Gobierno de la Nación. 

—¿Es viable el carril bici, el que plantea la Junta de Andalucía?
—Yo lo que mantengo es lo que plantean los técnicos, y es que en una ciudad como Cádiz, con unas limitaciones tan grandes de espacio y de permisos de patrimonio sobre todo en el casco histórico, el carril bici se tiene que adaptar a la ciudad y no al contrario. Si a mí me proponen como alcaldesa que soy que por Santa Bárbara, del paseo que hay de la balaustrada nueva, le tengo que dedicar tres metros de ancho al carril bici y un metro a los peatones, diré que no, que a los peatones tres metros y a las bicicletas pues un metro y medio y más bien pegado al muro del Parque Genovés. No como me lo habían pintado con el carril pegado a la balaustrada y los peatones por el otro lado… hay cosas que son de sentido común. Es decir, en los sitios donde se pueda hacer, se hará, y en los que no se pueda se tratará de hacer pero respetando las características de la ciudad. Sí hay que hacer juegos malabares para no quitar plazas de aparcamiento y para que el peatón siga siendo el rey, pues habrá que hacerlos. Nosotros no nos negamos pero queremos que sea el carril bici el que se adapte a la ciudad. Y nosotros vamos a cumplir con el proyecto de un carril bici, si es con dinero de la Junta, mejor, sino lo haremos con el nuestro, pero chapuzas no vamos a hacer porque nos ha costado mucho hacer las cosas bien.

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