El próximo 20 de julio, a las 22 horas, la Sala Pelícano acogerá la presentación de un nuevo grupo de música que verá la luz después de varios meses de intenso trabajo. Así suena Cai es el nombre de este conjunto puramente gaditano que integra las voces de Ángel Pastor, Francisco Pastor y Diego y Jesús Bojiga, con el acompañamiento a la guitarra de José Ramón Ortega.
El proyecto surge de la mano de Francisco Montiel y Javier Ruiz, quienes un día reunidos con el cantaor gaditano Ángel Pastor le propusieron impulsar un proyecto flamenco que sonara distinto pero sin perder la pureza. Para ello querían contar con gente experta e ilusionada con el proyecto. Y así llegaron hasta Diego Magallanes, productor y compositor y el resto de los miembros del equipo.
Ángel Pastor reconoce que es difícil hacerse un hueco en el mundo del flamenco, y que el álbum tiene un público limitado, pero es un regalo que quieren hacer a los amantes de este estilo, “tan puro, tan nuestro”. Y para ello cuentan con la maestría de Diego Magallanes, un virtuoso del piano, de la guitarra, el bajo, y de todo tipo de percusión. Llega a este proyecto tras más de una década arreglando, produciendo, y colaborando como músico en proyectos de artistas como Paco Ortega, María Jiménez, Jose Mercé o el propio Ángel Pastor, entre otros. Creador de los caminos por los que comenzó su primo El Barrio, responsable de los conceptos en aquel álbum con el que José Mercé consiguió volver a ser superventas, artífice de los sonidos que llevaron al último proyecto de Pansequito ganar el premio a mejor espectáculo de cante de la Bienal de Flamenco de Sevilla y culpable de algunos de los momentos más interesantes de María Jiménez.
Ángel Pastor residente en el gaditano Barrio de Santa María, comenzó a dedicarse profesionalmente al cante con 18 años en la peña La Perla de Cádiz, donde conserva muchos amigos. Admira a cantaores “puros2 como Caracol, Juan Talega, Chocolate, Terremoto y Juan Villar. “He aprendido de los antiguos el sentimiento que le daban a la música”, dice. Pero también le gustan algunos “comerciales” como Parrita o El Barrio. Opina que “ya no se canta como antes. Ya no hay ese pellizco ni lo rancio que se cantaba antes. Se está perdiendo al hacer más las cosas comerciales, porque lo otro no se vende”. Como gitano que es, se siente más cómodo cantando seguirillas y fandangos, “los palos más puros, más gitanos”. Tiene dos trabajo discográfico en el mercado titulado Todos Hablaran de Mi, y su segundo trabajo con el nombre Llama de Candela Viva. Su idea es “buscar un huequecito en el mundo del flamenco y poder vivir de esto”.
Juan Ramón Ortega comenzó a tocar la guitarra flamenca a los nueve años de edad. Con 12 años actuaba con el cuadro de baile de la Peña La Perla de Cádiz durante cinco años. Con 13 años participó en un festival junto a Camarón de la Isla y Juan Villar. Hizo una gira por Brasil con la Compañía Internacional de Flamenco. Actuó con el bailaor Farruquito en el espectáculo Raices Flamencas en el Teatro Poliograma de Barcelona. En el 2000 estuvo en Alemania con el cuadro de Concha Baras. En este mismo año estuvo también en Madrid con varios cantaores, como María Varga.
Jesús Jiménez Núñez y Diego Jiménez Nuñez (El Bojiga), sonríen al recordar su infancia, y como aprendieron a cantar en las fiestas que se hacían en los patios de las casas en su barrio, junto a sus familiares y amigos. Hijos de artistas, su padre, Diego Fernández Antúnez ( El Bojiga), matarife en el Matadero de Cádiz, era famoso por su compás y sus cantes divertidos. Recuerdan a su tío Rancapino, que fue su maestro. Para ellos, “el Flamenco expresa el alma, la pena y la fatiga”. Quien quiera conocer su música, la Sala Pelícano le espera, el día 20 de julio.