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Campo de Gibraltar

Migres detecta pruebas de una nueva ruta migratoria del aguilucho papialbo

Estos cambios recientes en la biología y distribución del aguilucho papialbo ofrecen un valioso modelo para avanzar en el conocimiento sobre los efectos del cambio global sobre la biodiversidad

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La Fundación Migres ha detectado recientemente, durante el desarrollo del seguimiento de la migración postnupcial de aves planeadoras que esta institución desarrolla anualmente en el estrecho de Gibraltar, la inusual presencia de un aguilucho papialbo (Circus macrourus). Ejemplares de esta especie han sido registrados las pasadas semanas en tres ocasiones distintas en la comarca del Campo de Gibraltar.

Estos registros son absolutamente singulares, pues desde el inicio del programa Migres en 1996 únicamente se contaba con un registro previo de un aguilucho papialbo en migración a través del estrecho de Gibraltar, correspondiente a un ejemplar sobrevolando el observatorio de Cazalla (Tarifa) en la primavera de 2008. A nivel estatal, el comité de rarezas de SEO/Birdlife cuenta en su base de datos con menos de treinta observaciones homologadas.

Cabe destacar, igualmente, que durante los dos últimos inviernos se ha podido documentar la presencia de esta especie como invernante en la comarca de la Janda (Cádiz) y otros puntos de Andalucía, siendo este un hecho prácticamente sin precedentes en el continente europeo.


El aguilucho papialbo es una rapaz marcadamente migratoria que se reproduce entre el sur de Rusia y Mongolia e inverna al sur del Sahara, alcanzando incluso el sur de África, el subcontinente indio y el este de China. Sus poblaciones más próximas a la península Ibérica, ubicadas en la península de los Balcanes, han experimentado un drástico declive, lo cual ha motivado que esta especie se encuentre actualmente catalogada como “Casi Amenazada” a nivel mundial según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Nueva ruta migratoria

Diversas fuentes apuntan a que esta regresión se debe en gran medida a la transformación de su hábitat de reproducción, concretamente a la puesta en cultivo de zonas esteparias. Es precisamente este hecho el que parece haber propiciado la reciente aparición de varias parejas reproductoras en Finlandia y Suecia, materializándose así un marcado desplazamiento al oeste del rango de reproducción de esta rapaz. Son, presumiblemente, ejemplares correspondientes a esta incipiente población escandinava los que durante los últimos años han seguido una ruta de migración otoñal a través de Europa occidental y el oeste del Mediterráneo, alcanzando la península Ibérica.

Resulta, además, especialmente llamativo que algunas de estas aves, en lugar de continuar su migración hasta sus cuarteles de invernada tradicionales en el África tropical, hayan decidido pasa el invierno en el sur de España, siendo la comarca de la Janda (Cádiz) la zona en la que mejor se ha podido documentar este hecho.

Estos cambios recientes en la biología y distribución de la especie, que están pudiendo ser documentados en tiempo real y desde su etapa inicial mediante los programas de seguimiento sistemático de las poblaciones de aves migratorias e invernantes desarrollados por la Fundación Migres, ofrecen un valioso modelo para avanzar en el conocimiento sobre los efectos del cambio global sobre la biodiversidad.

Para profundizar en el estudio de estos cambios, la Fundación Migres lleva varios años prestando una especial atención a la presencia anual de esta y otras especies tradicionalmente inusuales en el estrecho de Gibraltar, como el ratonero moro o el buitre moteado. Asimismo, la presencia de una nueva especie rara en el entorno del estrecho de Gibraltar, proporciona un notable recurso dinamizador del, actualmente en auge, turismo ornitológico en este entorno.

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