El alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, ha pedido al Gobierno de la Nación una solución que permita a los aficionados a la pesca de Guadarranque poder salir a faenar desde la barriada como lo han hecho tradicionalmente. El primer edil ha visitado las obras de la 'barrera antinarcos' que ejecuta la empresa pública Tragsa, una valla que una vez finalizada impedirá el acceso al mar de estas embarcaciones.
Ruiz Boix recordó que “el Ayuntamiento ha compartido la necesidad del proyecto” y que en su momento “tan sólo planteábamos una observación: que la valla se retranqueara 30 metros hacia el interior del río para así permitir a los vecinos seguir desarrollando su afición a la pesca desde su pequeño puerto, como lo han hecho tradicionalmente”.
“Sin embargo -añadió-, el Gobierno ha denegado esta propuesta. Lo que le pedimos es que, si la solución no es la que ha planteado el Ayuntamiento, se encuentre otra que permita a los vecinos poder seguir saliendo al mar con sus embarcaciones desde la misma barriada”.
El alcalde recordó que “hace muchos años que las administraciones y ciudadanía de la zona venimos pidiendo que se impida el uso del río Guadarranque por parte de narcotraficantes, al que acceden desde la Bahía mediante embarcaciones. Esta propuesta ha sido liderada por varios colectivos, entre los que tiene especial relevancia la Coordinadora Antidroga Alternativas, que ha levantado la voz por esta cuestión en varias ocasiones”.
“También el Ayuntamiento -agregó Ruiz Boix- ha planteado desde el diálogo la necesidad de esta valla, que primero se prometió para las elecciones del 20 de diciembre, como se hizo de nuevo de cara a las del 26 de junio. Ahora, por fin, podemos ver esta actuación, que es necesaria, aunque nos gustaría que se tuviera en cuenta esta petición vecinal de poder seguir accediendo al mar con sus embarcaciones de pesca desde su pequeño puerto”, concluyó.
Esta barrera cuenta con un presupuesto de 231.394 euros y, la idea es que esté operativa a principios de noviembre. Se trata de la instalación de unos postes de acero y hormigón, anclados en el lecho del río mediante golpeo hidráulico. Estos postes se distancian entre si lo suficiente para evitar el paso de embarcaciones, permiten el curso natural y de vida del hábitat fluvial, y su configuración evitará el ataque por actos vandálicos.
